El papa Benedicto XVI pidió tolerancia a los católicos occidentales frente al "miedo a los extranjeros" y que resistan al desaliento ante los juicios críticos.
El pontífice realizó un llamamiento a acoger a los inmigrantes ante 300.000 fieles en una visita al Véneto, en el noreste de Italia.
Ante la llegada masiva de inmigrantes tunecinos y libios que huyen de los conflictos desatados en sus países, Benedicto XVI advierte que no hay que ceder "al miedo a los otros, a los extranjeros, a las personas que vienen de lejos" y que parecen "causarles perjuicios". "Dar cuenta de la esperanza cristiana en el hombre moderno con frecuencia sumergido por vastas problemáticas inquietantes que ponen en crisis los cimientos de su ser y de su accionar".
Italia, donde han llegado más de 1.500 inmigrantes sólo en el último fin de semana, acusa a sus socios europeos de falta de solidaridad.
En contraposición, el Papa comparó a la sociedad europea a "una ciudad líquida" en donde reina "lo efímero y lo relativo" y llamó a los dirigentes políticos a manifestar su "libertad" poniendo fin a esta "inconsistencia".
Lamentó la "tristeza" de numerosos cristianos desilusionados cuya fe "no ilumina más la existencia" frente a la hostilidad abierta o insidiosa de las sociedades en donde viven. "No tengamos miedo de ir a contracorriente", lanzó a los responsables de la Iglesia local, llamándolos a "defender con coraje la verdad y la unidad de la fe".