Hoy se cumple un año de las protestas antigubernamentales en Siria. El primer aniversario de la sublevación popular contra el mandato del presidente Bashar Al Assad, quien hasta el momento no ha mostrado signos de dejar el poder y frenar la ofensiva contra las ciudades que han sido focos de oposición.
Y mientras los esfuerzos de la comunidad internacional continúan para detener la crisis política ante el temor de una guerra civil, la cifra de muertos crece cada día, la cual según Naciones Unidas es de 8.000 fallecidos.
La Primavera Árabe parece no cumplir con su objetivo en el país.
Fue el 15 de marzo de 2011, cuando miles de sirios concentrados en las principales ciudades del país salieron a las calles en repuesta a la convocatoria por Facebook de un “Día de Ira” con el fin de derrocar la “tiranía” en el país y la anulación del estado de emergencia.
En los primeros días murieron decenas de personas por violar esa ley aprobada en los años 60 que impedía las manifestaciones públicas. Y pese a la respuesta de las fuerzas de seguridad, Deraa alzó la voz en protesta.
Ese mes Al Assad denunció "una conspiración" contra su país y asumió una serie de pasos reformistas.
Empuje a la acción
Y pesar de que organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional han condenado la violencia en el país durante todo el año, la situación no parece mejorar. Este jueves un grupo de 200 organizaciones no gubernamentales junto artistas y activistas, llevarán a cabo una campaña para presionar a China y Rusia a una mayor acción.
La iniciativa denominada “Unidos por Siria” utiliza las redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube para impulsar un consenso en el Consejo de Seguridad y la aprobación de una resolución contra el gobierno del país.
Pero los esfuerzos aún no son evidentes para muchos sirios. La intensificación de la ofensiva contra los bastiones opositores no cesa, ya que hace una semana cayó Homs, el miércoles Idlib y Deraa se debilita, cuna del levantamiento.
