La Liga Árabe ha pedido "un cambio inmediato" en Siria, instando al presidente Bashar al-Assad a poner fin a la violenta represión del gobierno contra los disidentes y lanzar un amplio diálogo nacional.
En una reunión en El Cairo, los ministros de Exteriores de los países árabes coincidieron que las autoridades sirias deben implementar las medidas exigidas acordadas durante la visita que realizó la Liga Árabe a Damasco la semana pasada, según recordó el secretario general.
El ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, quien presidió la reunión, dijo que la situación actual sigue siendo crítica y que Siria debe dejar de hacer lo que él llamó su "máquina de matar".
En el mismo sentido se pronunció el primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien declaró al periódico egipcio Al-Shorouk que teme que la crisis en Siria pueda derivar en una guerra civil sectaria entre sunitas y alawitas.
La elite gobernante de Siria pertenece a la secta minoritaria alawita −rama del Islam chiíta−, mientras que la mayoría de los ciudadanos del país son musulmanes sunitas.
Erdogan dijo que las muertes de civiles se han incrementado en Siria, mientras las reformas prometidas no han seguido su paso, y aseguró que ni los sirios ni los turcos en el gobierno creen más en Assad.
Esta mañana, las fuerzas de seguridad sirias dijeron que los activistas habían llevado a cabo detenciones y allanamientos a las afueras de la capital, Damasco, y de otras ciudades, entre ellas Daraa, Latakia y Banias.
Los manifestantes también quemaron banderas de Rusia en las zonas calientes de las ciudades de Homs y Daraa para protestar contra el apoyo de Moscú a Assad. Rusia y China se oponen a un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respaldado por los países europeos y EE.UU. que impondría sanciones y el embargo de armas a Siria.
Las Naciones Unidas estiman que 2.600 personas han muerto en seis meses de duración del levantamiento en Siria.
Un asesor de Assad cuestionó la cifras ofrecidas por este organismo, rectificando la cifra a 1.400 muertos. Un portavoz del gobierno sirio dijo que la responsabilidad por las víctimas ha sido dividida equitativamente entre las fuerzas gubernamentales y los activistas de la oposición.
