Corea del Norte lanzó un ataque de artillería en la mañana del martes 23 de noviembre de 2010, contra la poblada isla fronteriza de Yeonpyeong, bajo control de Corea del Sur.
El ataque, el peor en décadas, dejó dos soldados surcoreanos muertos y llevó a que Corea del Sur repeliera la ofensiva y desplegara aviones de combate.
El gobierno de Corea del Sur calificó al ataque como “una clara e imperdonable provocación militar”. El secretario de prensa del presidente surcoreano, Hong Sang-pyo, dijo que Pyongyang debe asumir su responsabilidad.
Las fuerzas armadas sudcoreanas informaron además que otros 12 soldados fueron heridos durante el ataque, en uno de los más serios incidentes entre ambas coreas.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs exigió que Corea del Norte detenga su acción beligerante y reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la defensa de Corea del Sur.
Incendios en la isla
Informes de prensa indican que varias casas fueron incendiadas y dos civiles resultaron heridos. Más de 1.000 residentes en la isla Yeonpyeong fueron evacuados a refugios de emergencia.
Shin Eung-ho, capitán de un barco pesquero, dijo que un proyectil cayó al lado de su casa y que la isla fue atacada inicialmente con 15 disparos de artillería. Tras el primer ataque hubo una pausa de 40 minutos antes de que se reanudara el operativo que destruyó varias edificaciones.
El presidente Lee Myung-bak convocó de emergencia a una reunión de ministros. Funcionarios de seguridad indicaron que el mandatario estaba trabajando para impedir que el enfrentamiento se agravara.
Su gobierno calificó el ataque como una clara provocación militar y advirtió sobre una enérgica represalia si hay más ataques.
Las fuerzas armadas surcoreanas dijeron que el ataque tuvo lugar cuando sus efectivos realizaban un ejercicio anual en la isla, que está a 12 kilómetros de la costa norcoreana, en el mar Amarillo. Corea del Norte había objetado los ejercicios, según indicaron los militares surcoreanos.
Reacción mundial
Las principales potencias del mundo expresaron profunda preocupación por el intercambio de fuego de artillería entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Uno de los comentarios más enérgicos provino de Estados Unidos, que condenó a Corea del Norte por el ataque al Sur y exigió que detenga sus acciones beligerantes.
Washington también renovó su compromiso de defender a Corea del Sur de cualquier ataque.
China, por su parte, dijo que ambas Coreas tienen que hacer más para mantener la paz y llamó a una urgente reanudación de las conversaciones sobre el programa nuclear de Corea del Norte.
Rusia, Gran Bretaña y Alemania también comentaron al respecto expresando diferentes niveles de alarma.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que ve un peligro colosal en el enfrentamiento, mientras el canciller británico, William Hague, condenó a Pyongyang por su ataque no provocado.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, dijo que está muy preocupado por el enfrentamiento.