El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, aseguró el viernes que él y su equipo vieron todo lo que pidieron ver en la planta de energía nuclear de Zaporizhzhia en Ucrania, no se sorprendieron por nada y emitirán un informe a principios de la próxima semana sobre sus hallazgos.
"Mi preocupación sería la integridad física, el suministro de energía y, por supuesto, el personal", dijo Grossi a los periodistas en el aeropuerto de Viena momentos después de aterrizar.
Grossi dijo que es muy importante que el organismo supervisor tenga una presencia física en las instalaciones.
"Lo que estamos haciendo allí es estabilizar, mirar la seguridad, los aspectos de salvaguardia de la planta, con la convicción de que si lo hacemos bien, tendrá alguna influencia, [alguna] influencia en lo que suceda en general", expresó.
Un equipo de 13 expertos acompañó a Grossi, quien dijo que seis de ellos se quedaron en Zaporizhzhia. De esos seis, dos permanecerán hasta que cesen las hostilidades, lo que -afirmó- marcará una gran diferencia.
“Si sucede algo o si surge alguna limitación, lo informarán”, dijo Grossi. “Ya no se trata de 'A dijo esto y B dijo lo contrario'. Ahora la OIEA está allí".
Desde agosto ha habido bombardeos dentro y alrededor de la planta, que ha sido ocupada por las fuerzas rusas desde principios de marzo. Sin embargo, cada bando culpa al contrario.
"La actividad y las operaciones militares están aumentando en esa parte del país y eso me preocupa mucho", remató Grossi.
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