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Venezolanos en Cúcuta

La delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la que se le prohibió la entrada a Venezuela esta semana, continúa el viernes su visita a Cúcuta, Colombia, con un plan que incluye recorridos por albergues y entrevistas con venezolanos exiliados, víctimas del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.

Los encuentros comenzaron el jueves, según constató un equipo de la Voz de América basado en Cúcuta. Como parte de la visita, la comisión estuvo en el puente internacional Simón Bolívar, donde pudieron constatar que continúa el flujo migratorio de venezolanos que huyen de la crisis en su país.

La CIDH contó que tienen denuncias sobre la falta de salarios, trabajo, comida, educación y salud y, por esta situación, deben venir a Colombia a suplir esas necesidades.

Esmeralda Arosemena, presidenta de CIDH, cuestionó sobre la situación de los niños, en la frontera, que para que "puedan ir a la escuela, tienen que venir a Colombia a recibir la clase y regresar caminando. Eso, ningún gobierno, sea de la facción que sea, tiene que sentir vergüenza, eso es lo que me llevo de esta realidad”.

Los testimonios de los venezolanos fueron escuchados en Cúcuta, no solo por la comisión, sino por diputados venezolanos.

William Dávila, diputado venezolano, afirmó que la comisión "está haciendo una gran labor, escuchando de viva voz los relatos y las informaciones de las víctimas y los familiares". Señaló, además, que era lo que precisamente Maduro quería evitar en Venezuela "porque son muchos los centenares de personas que han sido asesinados por las fuerzas del Estado”.

La venezolana Heredina Alfonso, madre del preso político Alonso Mora, dijo que “desde el mismo momento que lo secuestraron, Alonso tuvo una prisión injusta, lo torturaron vilmente, sufrió durante ese secuestro y de allí lo llevaron a Ramo Verde en una celda de castigo infrahumana”.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también visitó albergues, refugios y el hospital de Cúcuta en el que se atiende mayormente a población venezolana.

Luis Useche, consultor Jurídico de Fundaredes, agregó que los hospitales "carecen de médicos" y "de insumos en donde no pueden atender a los pacientes que están en condiciones lamentables, es un Estado criminal”.

Los diputados venezolanos expresaron su deseo de que los testimonios manifestados por los migrantes venezolanos, fueran conocidos por la comunidad internacional.

Cuando al equipo de la CIDH se le prohibió abordar un avión de Copa Airline en Panamá hacia Caracas, se encaminó primero a Bogotá, donde se reunió el jueves por la mañana con el presidente colombiano, Iván Duque, y partió después hacia Cúcuta, en la frontera con Venezuela.

En Bogotá, el equipo de CIDH se entrevistó también con la diputada a la Asamblea Nacional de Venezuela, Gaby Arellano, quien entregó un informe detallado sobre las violaciones a los derechos humanos, civiles y políticos cometidos por Nicolás Maduro y funcionarios de su entorno.

Según la cadena NTV, la diputada puso a la CIDH al tanto de los últimos ataques a los parlamentarios del Poder Legislativo venezolano, así como la situación de diputados presos como Juan Requesens, Gilber Caro e Ismael León, legisladores en la clandestinidad, refugiados en embajadas y en un exilio forzado producto de las persecuciones.

En Cúcuta, la CIDH obtuvo testimonios de primera mano de las violaciones a los derechos humanos que ocurren en Venezuela. Un mensaje de Twitter de la comisión dijo que los venezolanos “buscan comida, escuela, atención médica, protección”.

Los delegados del organismo atendieron a distintas ONG que cruzaron la frontera para denunciar persecuciones, torturas y represión por parte de los cuerpos de seguridad de Venezuela controlados por el Ejecutivo.

Los activistas denunciaron también violaciones de los derechos laborales y sindicales, así como persecución a los trabajadores y arrestos a personas que no han cometido delitos.

Esmeralda Arosemena de Troitiño, presidenta de la CIDH y quien encabeza la delegación, afirmó por Twitter, que su equipo se encuentra en Cúcuta para poder compartir la realidad de los venezolanos que cruzan la frontera.

Protestas en Caracas

También se informó que en Caracas hubo protestas y reclamos al gobierno en disputa de Maduro por no permitir la entrada de la delegación de la CIDH. Portavoces de grupos sociales y sectores vulnerables de la población organizaron manifestaciones de repudio al gobierno en varios puntos de la nación.

Por otra parte, el miércoles, la CIDH emitió una medida cautelar a favor de Williams Alberto Aguado Sequera y otras personas, tanto militares como civiles, que están privadas de libertad en el Centro Nacional para Procesados Militares, también conocido como “Ramo Verde”.

La Comisión advirtió que “los beneficiarios se encontraban en una situación de riesgo, principalmente con motivo de su estado de salud y falta de acceso a un tratamiento médico adecuado o suficiente”.

(Con la colaboración de Hugo Echeverry)

La tragedia del pueblo Yukpa que huye de Venezuela
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La crisis económica de Venezuela tiene en peligro la supervivencia de los Yukpa, una comunidad indígena ancestral que se ha visto obligada a emigrar en busca de comida.

Por siglos los Yukpa han habitado la Serranía del Perijá en el estado Zulia, pero al menos 350 de sus integrantes viven desde hace tres años en un improvisado campamento a la orilla del río Táchira, en la ciudad de Cúcuta en Colombia.

La tribu vive en condiciones precarias, pero de momento no creen que volver a Venezuela sea una opción. “Aquí estamos haciendo un trabajito, buscando chatarra. Los niños comen una sola vez”, contó a Venezuela 360 Dionisio Finol, uno de los dos caciques del campamento levantado en Cúcuta.

“Hoy me fui a recoger chatarra y con eso estoy manteniendo a los hijos míos”, agregó, para describir uno de los más severos problemas que enfrenta la tribu: El hambre.

En Venezuela, los Yukpa se dedicaban a la agricultura, y parte de lo que producían lo vendían para comprar alimentos básicos como arroz o pasta. Pero lo inflación convirtió a estos alimentos en artículos de lujo.

“Uno no compra con la plata de Venezuela, está muy caro, y no se consigue lo que es medicamentos y alimentos. Aquí en Colombia no importa, uno está trabajando y uno come”, explica José, el otro cacique del campamento.

“Nosotros nos quedamos aquí y los hombres salen a buscar pimpinas para comer. Estamos rebuscando para comer y hacer al menos sopitas”, cuenta Noremi Romero, mientras le cocina a sus ocho hijos. Sin embargo, aunque estos testimonios dan la idea de que la tribu no padece hambre, lo cierto es que los niveles de desnutrición amenazan la futura subsistencia, siendo los niños, los más vulnerables antes la escasez de comida y nutrientes que sustenten su proceso normal de crecimiento.

Ayuda limitada

Tradicionalmente los Yukpa han estado divididos en dos grupos, los que habitan la serranía del Perijá del lado colombiano y los que se ubican en territorio venezolano.

La atención gubernamental que reciben los Yukpa venezolanos es limitada porque que no tienen el reconocimiento legal de Colombia como indígenas binacionales, por lo tanto, no tienen el mismo acceso a los programas sociales de los Yukpa que han vivido en la serranía del Perijá del lado colombiano y quienes son cobijados por la jurisdicción indígena especial.

A finales del siglo XVI, para sobrevivir a la violencia de los conquistadores españoles, los Yukpa se refugiaron en las montañas del Perijá. Hoy es el hambre la que amenaza la existencia de un pueblo obligado a abandonar su refugio ancestral en busca de comida.

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