La visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping, a Brasilia este miércoles pone fin a una ofensiva diplomática por Sudamérica que ha demostrado el creciente peso de Beijing en la región y en los foros mundiales, donde ha llenado el vacío dejado por la transición presidencial estadounidense.
Xi y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, firmarán acuerdos que impulsen el comercio y la cooperación en sectores que van desde la agroindustria hasta la energía y la industria aeroespacial durante las reuniones que mantendrán por la mañana en la residencia presidencial de Brasilia.
Los acuerdos entre las principales economías en desarrollo, con un comercio bilateral de unos 180.000 millones de dólares, llegan tras dos cumbres celebradas por Xi en una semana: el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Lima y el Grupo de las 20 principales economías en Río de Janeiro.
Mientras Xi desempeñaba un papel central en ambas cumbres, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó cuando le restan dos meses en la Casa Blanca y con poco margen para promesas duraderas, ya que su sucesor Donald Trump promete una revisión total de la política exterior.
Las reuniones paralelas de China con potencias occidentales en medio de tensiones comerciales y geopolíticas, desde Estados Unidos y Reino Unido hasta Francia y Alemania, mostraron un giro conciliador de Beijing de cara a cuatro años más de duros enfrentamientos con Trump, dijo Li Xing, profesor del Instituto Guangdong de Estrategias Internacionales.
"La estrategia de China es clara, la postura que está mostrando es dejar atrás el resentimiento del pasado", dijo Li. "Se trata sin duda de un ajuste, y todo se debe a que la cumbre del G20 de este año se encuentra en un periodo de transición tras las elecciones estadounidenses".
Entre bastidores, varios diplomáticos que habían participado en anteriores cumbres del G20 notaron una postura cambiante por parte de los chinos: menos centrada en sus propios y estrechos intereses y más proactiva a la hora de forjar un consenso más amplio.
"China es mucho más participativa y constructiva", afirmó un diplomático brasileño que pidió el anonimato para poder hablar de las negociaciones.
Un diplomático europeo señaló que los pares chinos ayudaron este año a crear consenso en varios frentes, incluidos temas como los derechos de la mujer, en los que tradicionalmente no habían sido activos. Parecía un movimiento consciente para ocupar un foro multilateral que Trump probablemente descuidará, añadió el diplomático.
"Un lugar que se deja desocupado será ocupado por otro", dijo el diplomático europeo. "Al parecer, China está interesada en ocupar más de lo que ha hecho hasta ahora".
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