Las largas filas para conseguir combustible han vuelto a Bolivia.
La región de Santa Cruz, el motor económico del país, es una de las más perjudicadas debido a que está en puertas la cosecha de soja y otros alimentos, por lo que los productores le han pedido al presidente Luis Arce que garantice el abastecimiento.
El miércoles en esa región —ubicada a unos 480 kilómetros al este de La Paz— se multiplicaban las filas de tractores, camiones y otros vehículos afuera de las gasolineras. El conductor Nicolás Layme contó que lleva dos días de espera, mientras los productores agropecuarios se declararon en estado de emergencia.
Eliezer Arellano, dirigente de los productores, advirtió en diálogo con la televisora Red Uno que ante la falta de combustible se corre el riesgo de perder la cosecha. “Esto no es normal, parece que ya hay diésel pero después pasa que no hay y volvemos a lo mismo. Necesitamos que sea una distribución regular”, agregó.
La cadena productiva necesita unos 70 millones de litros de combustible para cosechar al menos 2,5 millones de toneladas de soja y otros alimentos entre marzo y abril.
“Estamos poniendo en riesgo los 2.000 millones de dólares que genera la agricultura en esta campaña, que es lo que se exporta”, afirmó recientemente Klaus Frerking, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos atribuyó la escasez a una sobredemanda de combustible por el largo feriado de carnaval que inició el sábado y concluyó el martes. “Estamos retornado a la normalidad”, sostuvo Ángela Burgos, directora de esta institución.
Pero el analista y exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, dijo a The Associated Press que el gobierno no está reconociendo el origen del problema: que no hay fondos para importar combustible. “La crisis energética se está profundizado por la falta de dólares”, agregó.
Por la caída en los últimos años de la producción en sus campos de gas, Bolivia se ve obligada a importar un 85 % del diésel y más de un 50% de la gasolina que consume, que paga en dólares en el mercado internacional y vende a la población con un precio subsidiado en un 50 %.
Los camioneros aseguraron que en Paraguay y Perú hay cisternas que no pueden salir con el energético por falta de pago. En tanto, otros sectores han convocado a una reunión de emergencia el jueves para definir las medidas a seguir.
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