El primer crucero de fabricación nacional de China, el Adora Magic City, zarpó de su muelle en Shanghai el 1 de enero para un viaje de siete días a Corea del Sur y Japón.
Adora Magic City tiene como objetivo servir a la clase media de China. Cuenta con cocina internacional, teatros de última generación y grandes tiendas libres de impuestos, además de un salón de mahjong y un restaurante de estofados.
El crucero fue exaltado por los medios estatales chinos como un hito importante para la industria de construcción naval en China y “una joya de la corona”.
En una publicación del 13 de febrero en X, el medio estatal chino Global Times citó a la Asociación de la Industria Nacional de Construcción Naval de China diciendo:
"Después de entregar el primer gran crucero local, Adora Magic City, China tiene la capacidad de construir todo tipo de productos para barcos marítimos".
Esto es falso.
Adora Magic City depende en gran medida de la tecnología extranjera.
30 % hecho en China
Adora Magic City fue construido por Shanghai Waigaoqiao Shipbuilding Corporation, una subsidiaria de la estatal China State Shipbuilding Corporation (CSSC).
El crucero pesa 135.500 toneladas, mide 323 metros de largo y tiene capacidad para 5.246 pasajeros, según el sitio web del sector Ship Technology.
Proveedores internacionales proporcionaron muchos de los componentes del Adora Magic City.
El diseñador jefe del crucero, Chen Gang, dijo a los medios nacionales que de los 110 proveedores con los que trabajaba Shanghai Waigaoqiao, aproximadamente el 30% eran empresas chinas, mientras que el resto eran empresas extranjeras.
Alta proporción de tecnología extranjera
Adora Magic City es operada por CSSC Carnival, una empresa conjunta entre Carnival Corporation, un operador de cruceros británico-estadounidense, y China State Shipbuilding Corporation (CSSC), el conglomerado de construcción naval estatal de China.
En 2016, CSSC Carnival firmó un contrato con el astillero italiano Fincatieri, que “otorgó una licencia tecnológica de la plataforma del modelo de barco y proporciona una serie de servicios técnicos” a Shanghai Waigaoqiao Shipbuilding Corporation de CSSC.
Esos servicios técnicos incluían "actividades de gestión de proyectos, gestión de la cadena de suministro y ventas de sistemas y componentes fundamentales".
"El diseño a bordo se adaptará a los gustos específicos de los clientes chinos", dijo Fincantieri en un comunicado de prensa de 2020.
Mientras tanto, la empresa finlandesa de tecnología marítima Wartsila proporcionó al Adora Magic City sistemas de control y automatización, un sistema de control de válvulas, iluminación de ubicación baja, un sistema de navegación, unidades de control de motores inteligentes, una consola de sala de control de motores y puentes.
ABB, el grupo suizo de ingeniería y tecnología, proporcionó el sistema de potencia y propulsión del crucero.
El diseñador jefe de Adora Magic City, Chen Gang, dijo a CarCaijing, un medio de comunicación chino centrado en tecnología y finanzas, que China carece actualmente de una cadena de suministro completa para la fabricación de cruceros y que los suministros nacionales no pueden cumplir con los requisitos de diseño de alta gama para el lujo.
Añadió que Europa ha formado una cadena de suministro de cruceros madura con su propio sistema de proveedores de primer y segundo nivel, así como un sistema de estándares. Esto dificulta que los suministros nacionales chinos encuentren un lugar en la cadena de suministro actual.
Entre los astilleros más grandes del mundo se encuentran Fincantieri en Italia, Meyer Werft en Alemania y STX Europe, con oficinas en Finlandia y Francia.
Incluso si los suministros nacionales cumplen con los estándares de la industria, su precio no es necesariamente competitivo, según Chen, ya que "las materias primas pueden tener que importarse y no hay efecto de escala".
El viaje inaugural del Adora Magic City demuestra la ambición de China de expandirse regionalmente y eventualmente unirse a la industria de fabricación de cruceros.
El actual modelo de empresa conjunta se ajusta al método habitual de China para la adquisición de tecnología. Beijing tiene un historial de exigir a los inversores extranjeros en ciertas industrias que formen empresas conjuntas con socios chinos para poder acceder al mercado chino.
James Andrew Lewis, experto en política tecnológica del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un grupo de expertos con sede en Washington, señaló en un informe del pasado noviembre que la inversión extranjera directa y las empresas conjuntas son una fuente importante de transferencias de tecnología para China.
En el modelo de empresa conjunta, las empresas chinas obtienen acceso a experiencia tecnológica y gerencial clave y eventualmente vencen a sus contrapartes extranjeras en su propio juego al producir, con apoyo estatal, a escala y a menor costo.
[El artículo fue originalmente publicado por Polygraph y traducido por Mila Cruz].
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