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Pronostican regreso de la oposición venezolana a la ruta electoral en 2021


Una electora emite su voto durante las elecciones para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional en Caracas, Venezuela, el domingo 6 de diciembre de 2020.
Una electora emite su voto durante las elecciones para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional en Caracas, Venezuela, el domingo 6 de diciembre de 2020.

Las postulaciones de representantes de la sociedad civil al poder electoral reflejan un acuerdo para negociar la participación de los partidos opositores en las votaciones regionales, advierten analistas consultados por la VOA.

Las candidaturas de 15 representantes de la sociedad civil al poder electoral que designará la Asamblea Nacional de mayoría chavista en Venezuela anticipan el retorno de la oposición a las votaciones, a pesar del rechazo público de esa idea del líder Juan Guaidó, opinan analistas.

Esta semana, 70 organizaciones no gubernamentales anunciaron que postularon ante el Parlamento electo en diciembre aspirantes a integrar el nuevo Consejo Nacional Electoral venezolano, en las próximas semanas.

Entre los candidatos, resaltan expertos en el sistema electoral que han sido críticos del gobierno madurista, académicos de trayectoria, exasesores del poder comicial y un expresidente de la principal cámara empresarial del país.

Las candidaturas se conocen en momentos cuando Guaidó, considerado presidente interino de Venezuela por 50 gobiernos, ha rechazado públicamente todo intento de negociación y de participación en las votaciones de 23 gobernaciones previstas para este año.

Juan Manuel Trak, sociólogo y doctor en procesos políticos contemporáneos, recuerda que las postulaciones ocurren luego de reuniones del sector empresarial con Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento, así como pronunciamiento de gremios en contra de la “criminalización” del diálogo.

“Son eventos donde la sociedad civil ha empezado a marcar pauta diferenciada frente a una acción o estrategia muy circular del G4”, como se conoce en Venezuela a los cuatro principales partidos de oposición: Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática y Voluntad Popular, donde militó Guaidó.

Expresiones como esas, enfatiza Trak, es una contracorriente de la “dinámica” del gobierno interino que encabeza Guaidó desde enero de 2019.

Consideran que las candidaturas al CNE de individuos contrarios al madurismo y el lobby público a favor de las negociaciones marcan un tono diferente al que se palpaba en la política nacional antes de diciembre pasado.

“Están tratando de construir una agenda política e incidir en la toma de decisiones públicas, basada en las necesidades y derechos de la gente, a los que, parece, el G4 no está dando respuestas suficientes”, indica.

"No es rebeldía"

Víctor Maldonado, politólogo y docente universitario en Caracas, matiza el significado de las candidaturas al CNE a presuntas espaldas de Guaidó.

“No es un acto de rebeldía. Es una puesta en escena que usa la palabra mágica ‘sociedad civil’ para encubrir la decisión ya tomada por los partidos y evadir el juicio moral que muy probablemente ya sientan sobre los hombros, de que no está convencida de que esta sea una salida factible a la crisis”, dice a la VOA.

A su juicio, las postulaciones de individuos cercanos a la oposición forman parte de “un gran arreglo” con el chavismo para su regreso al ruedo electoral, tras haberse ausentado de al menos tres votaciones nacionales desde 2018.

“Son señales de apaciguamiento y domesticación de una oposición que hasta hace poco tiempo tenía otro punto de vista”, critica.

Pablo Andrés Quintero, politólogo y profesor universitario experto en estrategias electorales, también dice estar convencido de que esas candidaturas al CNE están impulsadas por factores del llamado G4.

“No es una reacción en respuesta a la mala estrategia del G4, no es un berrinche. Es una articulación de esos sectores del G4 que quieren enlaces con el CNE y que no han descartado la vía electoral”, advierte, en entrevista con la VOA.

Un mantra distinto

Quintero recuerda que el año pasado estuvo signado por discursos radicales de Guaidó y sus aliados en contra de todo tipo de participación electoral, respaldados por actores de la comunidad internacional, como Estados Unidos.

“Había un radicalismo discursivo por parte del G4. Saben perfectamente que quieren regresar (a los procesos electorales). Todo eso está bien coordinado por grupos de la sociedad civil, pero, por debajo, hay grupos del G4 y partidos políticos que no han descartado la ruta electoral”, señala.

Valora que el resurgimiento del anhelo electoral en la oposición guarda relación con el desinflamiento de la popularidad de Guaidó, que ha caído a niveles cercanos al 15 por ciento luego de haber rozado el 65 por ciento, según encuestas recientes de las firmas venezolanas Datincorp y Delphos.

Quintero concluye que la ruta política de este año en Venezuela será “negociación, diálogo y elecciones”. Es una fórmula distinta al mantra que prometió Guaidó desde que juró como presidente interino hace dos años, de “cese de la usurpación (de Maduro), gobierno de transición, elecciones libres”.

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