El viaje a Colombia del líder político venezolano Leopoldo López refleja el esfuerzo de la oposición al gobierno en disputa de Nicolás Maduro de reforzar sus alianzas internacionales tras la pérdida de facto del Parlamento en unas elecciones tachadas de fraude, opinan analistas.
López aterrizó este miércoles en Colombia procedente de España, donde reside tras exiliarse, y tiene previsto reunirse con el presidente Iván Duque y con representantes de la diáspora en esa nación.
El país andino es clave para Venezuela, no solo por su cercanía, historia compartida e intercambio comercial, sino porque en su territorio habitan casi dos de los cinco millones de venezolanos que han migrado en los últimos años.
El viaje de López, amigo íntimo del presidente interino venezolano Juan Guaidó, es “un paso lógico” de la oposición para velar por sus alianzas internacionales luego de que el chavismo lograra una mayoría aplastante en el próximo Parlamento nacional, opina la politóloga María Puerta Riera.
El Partido Socialista Unido de Venezuela obtuvo el domingo 253 de las 277 diputaciones de la Asamblea Nacional en juego, en unas votaciones que tanto la oposición como la comunidad internacional desconocen por no ser competitivas, libres, democráticas y justas.
“La oposición ya no tiene la plataforma de la Asamblea Nacional y necesita reforzar los lazos con la comunidad internacional”, comenta Riera a la Voz de América sobre las gestiones de López, quien también se reunió semanas atrás en Madrid con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
La experta en asuntos políticos advierte que los vínculos con países interesados en restablecer los valores democráticos en Venezuela son, quizá, “lo único que le quede desde el punto de vista de la legitimidad” a la oposición nacional.
Sin resultado inmediato
Riera estima que otros voceros de la oposición en el extranjero, como el canciller del gobierno interino, Julio Borges, o el embajador en Estados Unidos, Carlos Vecchio, se sumarán al esfuerzo por solidificar el “piso institucional” de quienes detractan del madurismo y que se encontrarán en 2021 en un limbo jurídico.
El apoyo que recibiría la oposición venezolana durante el viaje de López a Colombia puede ser “más simbólico” que fáctico, prevé.
“Es un paso importante, que no da resultados inmediatos. Es importante que él vaya, converse, que mida cuáles son los espacios donde se pueden comprometer estos gobiernos en el reconocimiento de la oposición, que está en un vacío institucional”, asegura.
López es una de las figuras de la política venezolana más reconocidas en el mundo. En 2014, encabezó protestas de calle contra Maduro y, por ello, estuvo encarcelado. El 30 de abril del año pasado, se evadió de su reclusión para liderar junto a Guaidó una insurrección militar contra Maduro, que falló. Se recluyó entonces en la embajada de España hasta su exilio, en octubre pasado.
Luis Angarita, docente universitario experto en relaciones internacionales, coincide en que la visita de López a Bogotá guarda relación con la “incertidumbre” de la política internacional sobre Venezuela.
Sopesa que el viaje también está vinculado con las interrogantes de la legitimidad de la presidencia interina de Guaidó, a pesar de los pronunciamientos contundentes de desconocimiento del proceso electoral del domingo de la Organización de Estados Americanos o la Unión Europea.
“La posición frente al tema de la continuidad de la figura de Juan Guaidó no queda tan clara a algunos Estados que han sido considerados aliados, como Argentina, República Dominicana, Costa Rica, que todavía no consiguen algún consenso” sobre la legitimidad de los políticos venezolanas a partir del 5 de enero de 2021, cuando se instala la nueva Asamblea, indica.
Angarita resalta que la tesis de la continuidad de la legitimidad del Parlamento electo en 2015 es difícil de digerir tanto dentro como fuera de Venezuela.
“En el terreno, va a ser muy difícil sostener una figura de desconocimiento a una nueva Asamblea. Más allá del debate sobre la legitimidad o de la legalidad, el control físico, político, policial, lo sigue teniendo Maduro”, dice el experto.
Riera coincide e insiste en la fragilidad de la red internacional, con base en gobiernos de turno, que ha tejido su apoyo hacia la oposición venezolana.
“Lo veo como parte del esfuerzo que tienen que hacer para reconstruir la oposición a lo interno y lograr ciertos compromisos. Los apoyos a la democracia en Venezuela dependerán de quiénes están al frente de los gobiernos”, señala.
Apunta que la elección del domingo es otro ejemplo de un amplio repertorio de políticas de facto que, en Venezuela, no tienen que ver con la legalidad.
“Parece absurdo creer que hay una forma de ejercer la política o un espacio institucional basado en un ordenamiento jurídico que no existe”, critica.
A su entender, la anulación del Parlamento de 2015 será un hecho con base en los intereses de Maduro y, ante ello, la oposición deberá recomponerse internamente para procurar que su poder trascienda de “lo simbólico”.