El subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, dijo el miércoles que al gobierno en disputa de Nicolás Maduro no le interesa hablar sobre el "bienestar" del pueblo de Venezuela, sino sobre el beneficio personal de sus altos funcionarios.
En una conferencia telefónica desde Washington, Kozak aseguró que las veces en que la administración del presidente Donald Trump ha tenido contacto con funcionarios venezolanos lo primero que estos preguntan es cómo eludir las sanciones impuestas por EE.UU.
“Lo que quieren saber es: «¿cómo consigo que se reduzcan los cargos que el Departamento de Justicia tiene en mi contra por tráfico de drogas?» o «¿cómo accedo a mi cuenta bancaria y cómo consigo que mi amante acceda a su cuenta bancaria?»”, comentó sobre algunos altos funcionarios.
Kozak dijo que quien negocie con el gobierno en disputa debe saber que “está lidiando básicamente con criminales egoístas, no con personas que se preocupan por el bienestar de sus instituciones o de su país y eso hace que sea muy difícil lidiar con ellos”.
El martes Maduro dijo en rueda de prensa que la política de Trump sobre Venezuela “fracasó estrepitosamente” y que espera que con la próxima administración del presidente electo Joe Biden se “abran posibilidades de comunicación y diálogo de Venezuela con EE.UU.”
A una pregunta de los periodistas, Kozak señaló que “el colapso de la industria petrolera venezolana” no ha sido producto de las sanciones de Estados Unidos, sino “por pura fuerza de su propia mala gestión y corrupción para destruir una de las economías más ricas de la región y convertirla en una de las más pobres”.
Las remesas a Cuba
Las declaraciones de Kozak también se dirigieron al reciente cierre de operaciones en Cuba de la compañía Western Union, que permitía el envío de remesas a la isla. El embajador dijo que el gobierno cubano insistía en que esta compañía estadounidense operara solo dentro de Fincimex, un banco propiedad de los militares cubanos.
“Lo que habían logrado era obtener un monopolio, toda la moneda fuerte que provenía de las remesas y esa es una cantidad sustancial de dinero que iba a las arcas de los militares”, dijo Kozak.
Fincimex pertenece a la corporación CIMEX, que forma parte de un conglomerado de empresas dirigidas por militares, sancionadas por Washington. Expertos calculan que las familias cubanas envían a la Isla unos 3.500 millones de dólares anuales.
“Si el régimen dejara a Western Union Bank con alguien que no sea el ejército, son libres de hacerlo. Nadie de nuestro lado les ha dicho que tienen que cerrar. Es la parte cubana la que los cerró porque hasta ahora han insistido en que deben volver con los militares”, precisó.
Kozak recalcó que Washington ha insistido a quienes envían dinero a sus familiares que “existen otros canales para las remesas que se van a enviar, incluidas las informales, que son anteriores a lo concerniente a Western Union y que todavía están disponibles y se pueden usar”.