Decir que la curva de contagios por COVID-19 en Venezuela se ha aplanado o derrotado, como lo hizo el presidente Nicolás Maduro al permitir la reapertura de sectores económicos y de esparcimiento, es una media verdad, de acuerdo con expertos en políticas de salud pública.
Los reportes oficiales de casos positivos por el nuevo coronavirus pasaron de un promedio diario de mil a solo 200 o 300 en la última semana.
La disminución coincide con el permiso del poder ejecutivo de reabrir playas, licorerías, restaurantes, hoteles y eventos en sitios abiertos, bajo la premisa de que los contagios se han reducido “de manera sostenida”, como especificó Maduro.
La medida es preocupante para médicos como Gustavo Villasmil, asesor del Parlamento y docente de la Universidad Central de Venezuela.
“Estamos en el ojo del huracán (de los contagios). Cuando uno cae en el centro del remolino, la gente sale a la calle, no hay viento, pero, a lo que el ojo pasa por encima del sitio, el efecto es peor, porque agarra a toda la gente en la calle”, advierte el especialista en entrevista con la Voz de América.
Villasmil valora que la decisión de Maduro de reabrir sectores económicos clausurados desde marzo pasado por la cuarentena contra la pandemia es política, no técnica, y la atribuye a la inminente realización de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, en las que no participará la oposición.
La escasez crónica de gasolina y la contracción económica habrían colaborado con la reducción de casos positivos en algunas regiones de Venezuela, si bien estados como Carabobo y Vargas experimentan brotes “graves”, estima.
“En la medida en que se tienda a algún mínimo de normalización, inmediatamente (la curva de contagios) irá para arriba. En un par de semanas, esto va para arriba otra vez. Pensamos que el rebote deba ser, incluso, con cifras superiores” a los mil casos por día, augura, intranquilo.
"Buen rato" de alza
Julio Castro, especialista en infectología, delegado del Parlamento en el acuerdo sanitario logrado con el gobierno madurista y la Organización Panamericana de Salud por la pandemia, coincide con Villasmil.
En una transmisión en vivo, Castro desafió el domingo lo dicho por Maduro al aseverar que la curva de contagios está muy lejos de estabilizarse.
“Nos queda un buen rato de que la epidemia siga subiendo. Sabemos que están haciendo menos pruebas de PCR de las que venían haciendo hace un mes y medio”, dijo en su mensaje, divulgado en su cuenta de Instagram.
El gobierno de Maduro ha centralizado las pruebas de contagio de COVID-19 de las 23 regiones y la capital del país en tres laboratorios de Caracas. Sus detractores exigen descentralizar la comprobación de la enfermedad.
Castro denunció que hoy se hacen al menos 60 por ciento menos pruebas que las que se realizaban a principios de septiembre. Sobre la reapertura de sectores decretada el domingo, estimó que “habrá más casos” positivos.
La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, que hace meses pronosticó que Venezuela tendría 1.000 casos positivos por COVID-19 al día, proyectó que habrá 14.000 confirmados por día en el país a final de año.
"Falso fin de la pandemia"
Maduro “miente, improvisa y quiere construir una falsa normalidad para llevar a los venezolanos a una farsa electoral sobre los cadáveres” de los venezolanos, denunció este martes José Manuel Olivares, diputado y comisionado especial del gobierno interino de Juan Guaidó para la pandemia.
En una rueda de prensa virtual, aseguró que el gobierno en disputa construyó “un falso fin de la pandemia” al reducir paulatinamente el número de pruebas.
Según sus estadísticas, con base en información confidencial de personal sanitario de hospitales públicos, solo se realizan 500 pruebas al día en el país.
Dijo que el Parlamento ha confirmado 1.539 fallecidos en Venezuela por la COVID-19. El madurismo ha reportado 736 muertes por la enfermedad.
Reconoció que hubo un “descenso real” de la curva de contagios, pero lo atribuyó asimismo a la escasez de gasolina y a que “no había movilidad”.
“Va a haber en dos o tres semanas un aumento de los casos (…) será un escenario mucho peor. Nicolás Maduro decidió mentir y acabar artificialmente con la pandemia”, dijo Olivares, en respuesta a una pregunta de la VOA.
Villasmil, por su parte, insistió en que ningún organismo o individuo puede tener claridad, sino solo estimados, de casos del nuevo coronavirus en Venezuela, precisamente por la ausencia de pruebas de PCR.
“En ningún caso hay una desaparición o cese de la actividad de la epidemia en Venezuela. La idea es producir una percepción de normalidad de aquí al 6 de diciembre (fecha de las parlamentarias). Que después se enferme y se muere gente, bueno, pero ya habrán amarrado al país”, repudió.