El gobierno venezolano ha registrado cerca de 10.000 muertes violentas en todo el país este año hasta mediados de agosto, una cifra sombría que otros observadores sostienen está lejos de la realidad.
El Observatorio Venezolano de Seguridad -parte del Ministerio Federal del Interior, Justicia y Paz- registró 9.927 homicidios entre el 1 de enero y el 13 de agosto, según un informe difundido el lunes.
El legislador de oposición Simón Calzadilla expresó escepticismo, citando cifras del grupo no gubernamental Observatorio de la Violencia Venezolana que muestran que la tasa de homicidios en Venezuela ha ido en aumento en los últimos años.
Según la ONG en 2015 hubo 27.875 muertes violentas, 28.468 en 2016, "y este año parece que vamos a romper todos los récords", dijo Calzadilla en una conferencia de prensa el martes, pronosticando que el número de homicidios podría superar los 33.000.
¿Por qué los números dispares? En parte, porque el gobierno de Venezuela no incluye ejecuciones extrajudiciales en su total de homicidios, aunque el grupo de derechos humanos lo hace, dijeron dos expertos del instituto brasileño Igarapé en Los Angeles Times anteriormente este año. Igarapé rastrea homicidios en todo el mundo.
ONU acusa a Venezuela de usar políticas para frenar la disidencia
El gobierno venezolano dijo que su cifra actual excluye muertes relacionadas con manifestaciones callejeras de masas a favor y contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que comenzaron a principios de abril. La Fiscalía General de la Nación está investigando 124 muertes.
El miércoles, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas publicó un informe, en el que sugiere que las fuerzas de seguridad venezolanas están vinculadas con 46 de esas muertes, y grupos armados pro-gobierno o colectivos como se los conoce, a otros 27.
"La responsabilidad por las restantes 51 muertes aún no ha sido determinada", dice la ONU en una nota de prensa sobre el informe, que descubrió "la existencia de una política para reprimir la disensión política e instigar temor en la población para contener las manifestaciones".
Luego de la publicación del informe del gobierno, el ministro del Interior Néstor Reverol dijo que las autoridades venezolanas estaban trabajando para reducir la violencia.
Más de 9.000 efectivos de las fuerzas de seguridad han sido emplazados en toda la nación, dijo Reverol en las redes sociales, para mejorar la seguridad pública y para "defender la soberanía e independencia del país".
El temor a la inseguridad acecha a muchos de los 31 millones de residentes del país sudamericano.
Sólo el 12 por ciento de los venezolanos reportó sentirse seguros, de acuerdo con el Índice de Ley y Orden de Gallup. Los resultados, dados a conocer en agosto, muestran que la nación sudamericana fue considerada la menos segura de entre 135 países evaluados.
Gallup dijo que casi cuatro de cada 10 venezolanos -el 38 por ciento- había sido víctima de robo de dinero o propiedad el año pasado. Al menos uno de cada cinco (22 por ciento) reportó haber sido asaltado o agredido.
Venezuela fue el único país latinoamericano de 14 en todo el mundo, donde al menos un 15 por ciento de los encuestados afirmaron haber sido asaltados o agredidos en 2016; el resto se encuentran en el África Subsahariana.
El miedo lleva a huir
La creciente inseguridad ha llevado a algunos venezolanos a huir del país.
Pedro Zerpa, entrevistado en la vía peatonal Sabana Grande de Caracas, dijo que su hijo universitario viajó a Chile hace dos años tras ser "robado en la puerta de la casa" por hombres con pistolas.
El especialista en reparación de calzado, de 56 años, dijo que su hijo completó sus estudios de economía en Chile y ha encontrado trabajo allí.
Amelis Durán, entrevistada en el vecindario de Chacaito, en el este de Caracas, dijo que sus dos hijos adultos y su hija también se mudaron al extranjero.
"Tuvieron que emigrar del país", dijo la mujer, declinando decir dónde residen. "Se fueron - mucha inseguridad en cualquier parte de Caracas", señaló.
El informe del gobierno atribuyó la mayoría de los homicidios a armas de fuego, que se utilizaron en el 92 por ciento de todos los casos. El sábado fue el día más mortal de la semana, seguido por el domingo y el jueves.
Carol Guensburg contribuyó a este informe desde Washington.