En un comunicado publicado en su página web, la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Estados Unidos dio a conocer su reacción a una audiencia que tuvo lugar en el Congreso estadounidense.
Según la embajada venezolana, durante la audiencia llevada a cabo por la Sub Comisión de la Cámara de Representantes que trata lo relacionado al Hemisferio Occidental varios legisladores estadounidenses realizaron acusaciones falsas contra Venezuela, incluyendo el presidente de la comisión, representante Elliot Engel, demócrata por el estado de Nueva York.
En particular, dice la sede diplomática de Venezuela en Estados Unidos, las declaraciones de apertura de Engel retroceden a la época de la Doctrina Monroe, cuando Estados Unidos consideraba a América Latina como su “patio trasero” y a los países de la región no se les permitía establecer sus propias políticas en materia de relaciones exteriores, dice el comunicado.
Durante la audiencia, varios legisladores criticaron el reciente viaje del presidente Hugo Chávez al Medio Oriente, criticaron los proyectos conjuntos de Caracas y Teherán en el campo energético y amenazaron las instalaciones petroleras de Venezuela en Estados Unidos.
La embajada venezolana en Washington hizo énfasis en que las relaciones entre Venezuela e Irán son de larga data, pacíficas, e insiste en que no representan una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos ni de ningún otro país.
Por otra parte en Venezuela, la corporación minera estadounidense Gold Reserve, informó que el gobierno de Venezuela tomó control de su mina de oro Brisas del Cuyuní, como parte del plan del presidente Hugo Chávez para nacionalizar los recursos mineros del país.
La semana pasada Gold Reserve presentó una demanda solicitando arbitraje internacional para una posible compensación por la expropiación. Las autoridades venezolanas no han comentado el asunto.
El gobierno de Venezuela anunció en mayo pasado que no renovaría el contrato con la empresa estadounidense que administra las operaciones de la mina Brisas, en el sureste de Venezuela, la cual se calcula que tiene más de 289.000 kilogramos de oro.
Desde 2006, el presidente Chávez ha incrementado la participación de su gobierno en la economía de Venezuela, obligando a las compañías extranjeras a unirse con el estado en iniciativas comerciales. Chávez ha nacionalizado las principales operaciones petroleras y ha tomado control de industrias en el sector eléctrico y de telecomunicaciones, así como cementeras y acereras.