La Asamblea Legislativa venezolana, controlada por la oposición, rechazó el estado de excepción dictado por el presidente Nicolás Maduro al considerar que la medida equivale a “una concentración de poderes”.
El decreto del Ejecutivo contemplaba otorgar amplios poderes al presidente para enfrentar la crisis económica –que incluye una grave escasez de productos básicos, inflación de tres dígitos y la caída del PIB— y para contener la ofensiva para sacarlo del poder.
Pero el parlamento consideró que el decreto "profundiza la grave alteración del orden constitucional y democrático que padece Venezuela", y además "representa un franco abandono de la Constitución por parte del Presidente de la República".
El líder opositor y gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, advirtió que si ahora Maduro quiere aplicar el decreto, “que vaya sacando los tanques de guerra”.
“No vamos a aceptarlo, hago un llamado al país a desconocer ese decreto. Le digo a la FAN (Fuerza Armada Nacional) que está llegando la hora de la verdad… No queremos solución militar, pero esto es inaceptable”, dijo en una rueda de prensa en Caracas.
Maduro, por su parte denunció que la oposición quiere llevar a Venezuela “a una situación generalizada de violencia” que sirva como excusa posterior a una intervención militar internacional.
La Constitución venezolana faculta a la Asamblea Nacional para validar o negar los estados de excepción decretados por el jefe de Estado.
Recientemente la AN había rechazado una emergencia económica y su prórroga en los últimos meses, que no obstante fue aprobada por el Tribunal Supremo de Justicia.
El Parlamento también aprobó "instar a la ONU, OEA, Mercosur y Unasur para que contribuyan, junto a esta Asamblea Nacional y al pueblo de Venezuela, a poner freno al desmantelamiento de la democracia y el Estado de Derecho que está siendo llevado a cabo por el Presidente de la República y las instituciones que están a su servicio".
