Las tensiones entre Venezuela y Guyana han escalado en los últimos meses por la entrega de concesiones energéticas a transnacionales por parte de Georgetown en áreas marinas y submarinas que Caracas defiende como suyas como parte de una larga controversia.
Pero Venezuela tiene pendiente también una controversia territorial con otro vecino, Colombia, sobre la delimitación de áreas marinas y submarinas, un asunto que estuvo incluso a punto de llevarlos a la guerra a finales del siglo pasado, y que se mantiene “en suspenso”, dijeron especialistas consultados por la Voz de América.
En la disputa con Guyana, el ejecutivo de Nicolás Maduro ha respondido con un referendo que derivó en la creación de un nuevo estado venezolano en los 159.000 kilómetros cuadrados del Esequibo y la designación de una “autoridad única” para gobernar sus espacios. Los presidentes de ambos países se reunirán este jueves en San Vicente y las Granadinas para discutir sobre el tema.
El caso con Colombia, en cambio, trata de la delimitación de áreas marinas y submarinas y "está en suspenso", dijo el doctor en ciencias políticas y analista de asuntos internacionales, Carlos Romero.
Las delimitaciones de la frontera terrestre de más de 2.219 kilómetros que comparten Venezuela y Colombia se concretaron cuando aún no existía el derecho del mar ni se había aprobado la Convención de Naciones Unidas sobre esta norma en 1982, explicó Romero.
La zona del Golfo de Venezuela, que Colombia llama el Golfo de Coquivacoa, es la zona marítima que ambos países reclaman como suya.
Un par de anécdotas ilustran las tensiones entre Colombia y Venezuela sobre las fronteras marinas.
La primera ocurrió a finales de los años 30 del siglo pasado, cuando Venezuela notó que su vecino tenía intenciones de entregar concesiones petroleras a compañías estadounidenses en áreas aún por delimitar, detalló Romero.
Aquella controversia derivó en “un período muy largo" de negociaciones en Roma, Italia, en 1970, durante el gobierno venezolano de Rafael Caldera, que no se resolvió.
La otra fue un incidente con una nave de guerra colombiana que derivó en la llamada “crisis de la corbeta Caldas”.
El 9 de agosto de 1987, la corbeta de guerra colombiana Caldas cruzó el paralelo de Castilletes rumbo al sur y se ubicó en el Golfo de Venezuela, en el centro de un área que reclamaba Colombia, antes de ser interceptada por el patrullero venezolano ARV Libertad, de acuerdo con documentos de ambos países.
La embarcación venezolana le advirtió a la colombiana que se encontraba “sin autorización en aguas jurisdiccionales venezolanas” y le exigió retirarse. La tripulación colombiana se negó y defendió que navegaba en aguas de su nación.
El presidente venezolano de entonces, Jaime Lusinchi, ordenó el estado de “alerta militar”, constituyó un teatro de operaciones y movilizó batallones y aviones. También se entregó una nota diplomática al embajador colombiano en Caracas. Nueve días luego, la Caldas notificó su retirada del área.
Aquella “escalada militar que no llegó al enfrentamiento directo” significó “una presión muy grande” para los gobiernos de Lusinchi y del mandatario colombiano Virgilio Barco, según Romero.
“Es una de las pocas veces que Venezuela ha estado a punto de estallar en un conflicto de naturaleza militar. Fue más grave que el momento que se vive con Guyana”, sentenció.
Negociación directa e improbable por ahora
Venezuela y Colombia han acordado sus áreas marinas y submarinas mediante negociaciones bilaterales directas, sin la intervención de un tercero, explicó el experto en relaciones internacionales Lauren Caballero.
La controversia con Guyana, en cambio, ha llegado a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, a pesar de que el gobierno de Maduro se ha resistido a reconocer su jurisdicción en el caso.
Es un tema que las partes han acordado resolver mediante negociaciones bilaterales".Lauren Caballero, analista.
Caballero cree que es “poco probable” que Colombia o Venezuela busquen reavivar el tema ahora con lo “fluidas” que están las relaciones entre Caracas y Bogotá.
El asunto ha permanecido durante décadas en una especie de statu quo, con algún incidente diplomático por el tema, que es "incómodo", según lo describió en un artículo Julio Londoño, presidente de la comisión de ese país para un intento de acuerdo en 1979, que falló.
Caballero afirma que Colombia no se inclina por decidir ese tipo de asuntos a través de recursos judiciales, una postura que quedó en evidencia en 2012 con la denuncia de su gobierno del Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, conocido como el Pacto de Bogotá.
El gobierno del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, en los años 90, “volcó todas sus energías” para negociar las fronteras de áreas marinas y submarinas con Colombia, con reuniones binacionales de alto nivel, dijo Romero.
Pero el tema ha quedado “congelado” desde principios de siglo durante los gobiernos de Álvaro Uribe y Hugo Chávez, que protagonizaron roces importantes por otros asuntos distintos a esa delimitación en el mar Caribe, apuntó.
En 2009, con Uribe y Chávez en el poder, una comisión binacional tampoco arrojó frutos.
Luego, en 2015, el gobierno de Nicolás Maduro decretó la creación de unas Zonas Operativas de Defensa Integral Marítima e Insular.
Según reclamó Bogotá durante la presidencia de Juan Manuel Santos, ese decreto habilitaría a Venezuela a enviar unilateralmente militares a áreas limítrofes en el mar Caribe en disputa territorial. Caracas consideró que el poder colombiano "exageraba" ante el decreto secundado por Maduro.
Las comisiones que ambos países han nombrado para tratar el asunto están desmanteladas, sin presupuesto ni oficina, subrayó Romero.
Tanto Caballero como Romero estiman que es improbable que esa delimitación sea objeto de discusión por los buenos vientos que soplan en las relaciones entre Petro y Maduro.
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