El secretario de Estado, Marco Rubio, expresó el 27 de enero un "firme apoyo" de Estados Unidos a la soberanía de Guyana sobre la región de Esequibo, disputada por Venezuela.
Yván Gil, ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, respondió el 28 de enero calificando a Rubio como "un enemigo de nuestro país" que "continúa mostrando su obsesión enfermiza por dañar a Venezuela".
El Esequibo, una franja de tierra rica en recursos que abarca más de dos tercios del territorio de Guyana, ha sido controlada y administrada por este país durante más de un siglo.
Al referirse a Rubio, Gil señaló: “Ahora, busca apoyar las fantasías del gobierno guyanés, que pretende despojarnos de los derechos históricos que nos legaron nuestros libertadores y que son parte inalienable de nuestra soberanía”.
Dirigiéndose a los funcionarios guyaneses, Gil dijo que sus obligaciones son con “la historia, el derecho internacional y la paz regional, no con terceros”.
“El único camino legítimo y válido para resolver la controversia territorial sobre el Esequibo de Guayana es mediante el cumplimiento del Acuerdo de Ginebra de 1966”, añadió.
Sin embargo, la forma en que Gil enmarca la cuestión del Esequibo es engañosa.
Un tribunal internacional de arbitraje estableció la frontera entre Venezuela y Guyana en 1899, otorgando a la Guayana Británica (hoy Guyana) la soberanía sobre el Esequibo.
Desde que Guyana se independizó de Gran Bretaña en 1966, un tratado respaldado por la ONU exige que sus persistentes disputas territoriales con Venezuela se resuelvan a través de organismos internacionales.
Después de que las dos partes no lograran llegar a un acuerdo en 2018, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, eligió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la única corte internacional que decide disputas generales entre naciones, para resolver la controversia.
Desde entonces, las naciones han elegido diferentes caminos para resolver sus diferencias:
Guyana se ha adherido a las directrices de la ONU, mientras que Venezuela ha procedido con una serie de medidas que violan sus obligaciones en virtud del derecho internacional.
En diciembre de 2020, la CIJ acordó aceptar el caso de Guyana para confirmar la validez del estatuto de 1899. Pero el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha cuestionado repetidamente la jurisdicción de la corte en el asunto.
Venezuela sigue oponiéndose a la jurisdicción de la CIJ y ha amenazado con soluciones extralegales para resolver la disputa. La Organización de los Estados Americanos consideró ilegal un referéndum popular de diciembre de 2023 sobre la incorporación del Esequibo al territorio venezolano.
Días antes del referéndum, la CIJ instó a Venezuela a no tomar ninguna medida que “tenga por objeto preparar o permitir el ejercicio de la soberanía o el control de facto sobre cualquier territorio que haya sido otorgado a la Guayana Británica en el Laudo Arbitral de 1899”.
El 5 de diciembre de 2023, Maduro ordenó la creación de un nuevo estado venezolano llamado “Guayana Esequiba” y publicó un nuevo mapa en el que se muestra al Esequibo como parte del país.
Maduro también anunció que Venezuela comenzaría “inmediatamente” a explorar y explotar los recursos naturales del Esequibo, incluidos el petróleo y el gas, y emitió una orden para crear filiales de empresas estatales con ese propósito.
Diez días después, el 15 de diciembre de 2023, Venezuela y Guyana acordaron no lanzar amenazas ni usar la fuerza para resolver la disputa. Sin embargo, la presencia militar venezolana a lo largo de la frontera en disputa ha aumentado desde entonces.
En marzo de 2024, la Asamblea Nacional de Venezuela aprobó una ley que reconoce al Esequibo como un estado venezolano, aunque el Tribunal Supremo venezolano debe pronunciarse sobre la constitucionalidad de esa ley antes de que pueda entrar en vigor.
Los analistas han sugerido que Maduro utilizó la cuestión del Esequibo para conseguir apoyo popular en el período previo a las elecciones de julio de 2024, cuya victoria se acredita con actas, la oposición.
El mes pasado, Venezuela completó la construcción de un puente que une su territorio continental con el lado oriental de la isla Ankoko, una parcela de la región del Esequibo que Caracas controla desde 1966.
Según la agencia The Associated Press, el puente conecta a Venezuela con una pequeña base militar que Guyana afirma que Venezuela construyó ilegalmente en el lado guyanés de la isla.
[Este artículo fue originalmente publicado por Polygraph y traducido por Mila Cruz].
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