En medio de una bajada sensible de los ingresos petrolíferos, Venezuela se enfrenta a una altísima inflación y al desabastecimiento en sectores de primera necesidad.
El gasto público excesivo y por métodos opacos, para invertir en los programas sociales del gobierno que puedan atraer votos justo cuando inicia la campaña de reelección del presidente Hugo Chávez, podría ser una de las causas de la subida sostenida de los precios.
Mientras que lo ideal para Chávez, según él mismo ha expresado, es que el barril de petróleo se pague a unos $100, en las últimas semanas el precio ha bajado bastante y se encuentra alrededor de los $85.
Al mismo tiempo, la cantidad de petróleo que compra el principal cliente Venezuela, Estados Unidos, ha bajado considerablemente. Teniendo en cuenta tanto el crudo como los productos derivados, en los cuatro primeros meses de 2012, EE.UU. ha importado, 56.000 barriles diarios, alrededor de un 42% menos que en el mismo período del año pasado.
El gobierno ha tratado de revigorizar la economía impulsando amplios programas de gasto en las industrias de la agricultura y la construcción. A inicios del mes de julio, el gobierno se ha endeudado ya por un 84% de lo que le permite la ley para el año entero, y podría alcanzar el techo de endeudamiento a principios de agosto.
Para poder seguir financiando sus programas, Caracas ha modificado la Ley de Administración financiera pudiendo endeudarse ilimitadamente si se trata de “circunstancias sobrevenidas”.
Además de esto, el Estado emite grandes cantidades de deuda indirectamente, a través de organismos públicos como Pdvsa o el Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN).
Así por ejemplo, $581 millones, de los $2.400 que recibió la estatal Pdvsa de amanos del Banco de Venezuela y el Tesoro fueron a parar a programas para el sector agrícola.
Según la oposición, esta deuda "emitida por la puerta de atrás", no va solo para los programas de impulso de la economía, sino también para financiar la campaña electoral de Chávez.
“Vemos cómo se usan los recursos públicos para financiar una campaña electoral, cómo se está abusando de la plata de los venezolanos”, aseguró Armando Briquet, jefe de campaña del candidat opositor Henrique Capriles Radonski.
Según distintos estudios, la deuda venezolana podría situarse hoy alrededor del 50%, cuando la cifra oficial solo alcanza el 28%. Los efectos de esto, a parte de los propios que puede acarrear una deuda alta y mal fiscalizada –que le pregunten a Europa-, es la inflación.
La falta de superávit financiero del gobierno (o sea, que gasta más de lo que ingresa), las medidas del para dificultar el acceso al dólar y la menor recaudación de divisas petroleras hacen que el gobierno tenga que imprimir más y más bolívares para poder financiarse
Esto podría ser una de las causas de la altísima inflación. En 2011, la inflación alcanzó el 27% y este año se situará alrededor del 20%, según cifras oficiales, mientras que algunos analistas privados la sitúan 10 puntos por encima.
Estos índices, los más altos de América Latina, junto con la falta de divisas están causando ya estragos en algunos sectores del país. Distintos dirigentes gremiales, por ejemplo, denuncian el desabastecimiento en productos de primera necesidad como alimentos o medicinas.
El gasto público excesivo y por métodos opacos, para invertir en los programas sociales del gobierno que puedan atraer votos justo cuando inicia la campaña de reelección del presidente Hugo Chávez, podría ser una de las causas de la subida sostenida de los precios.
Mientras que lo ideal para Chávez, según él mismo ha expresado, es que el barril de petróleo se pague a unos $100, en las últimas semanas el precio ha bajado bastante y se encuentra alrededor de los $85.
Al mismo tiempo, la cantidad de petróleo que compra el principal cliente Venezuela, Estados Unidos, ha bajado considerablemente. Teniendo en cuenta tanto el crudo como los productos derivados, en los cuatro primeros meses de 2012, EE.UU. ha importado, 56.000 barriles diarios, alrededor de un 42% menos que en el mismo período del año pasado.
El gobierno ha tratado de revigorizar la economía impulsando amplios programas de gasto en las industrias de la agricultura y la construcción. A inicios del mes de julio, el gobierno se ha endeudado ya por un 84% de lo que le permite la ley para el año entero, y podría alcanzar el techo de endeudamiento a principios de agosto.
Para poder seguir financiando sus programas, Caracas ha modificado la Ley de Administración financiera pudiendo endeudarse ilimitadamente si se trata de “circunstancias sobrevenidas”.
Además de esto, el Estado emite grandes cantidades de deuda indirectamente, a través de organismos públicos como Pdvsa o el Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN).
Así por ejemplo, $581 millones, de los $2.400 que recibió la estatal Pdvsa de amanos del Banco de Venezuela y el Tesoro fueron a parar a programas para el sector agrícola.
Según la oposición, esta deuda "emitida por la puerta de atrás", no va solo para los programas de impulso de la economía, sino también para financiar la campaña electoral de Chávez.
“Vemos cómo se usan los recursos públicos para financiar una campaña electoral, cómo se está abusando de la plata de los venezolanos”, aseguró Armando Briquet, jefe de campaña del candidat opositor Henrique Capriles Radonski.
Según distintos estudios, la deuda venezolana podría situarse hoy alrededor del 50%, cuando la cifra oficial solo alcanza el 28%. Los efectos de esto, a parte de los propios que puede acarrear una deuda alta y mal fiscalizada –que le pregunten a Europa-, es la inflación.
La falta de superávit financiero del gobierno (o sea, que gasta más de lo que ingresa), las medidas del para dificultar el acceso al dólar y la menor recaudación de divisas petroleras hacen que el gobierno tenga que imprimir más y más bolívares para poder financiarse
Esto podría ser una de las causas de la altísima inflación. En 2011, la inflación alcanzó el 27% y este año se situará alrededor del 20%, según cifras oficiales, mientras que algunos analistas privados la sitúan 10 puntos por encima.
Estos índices, los más altos de América Latina, junto con la falta de divisas están causando ya estragos en algunos sectores del país. Distintos dirigentes gremiales, por ejemplo, denuncian el desabastecimiento en productos de primera necesidad como alimentos o medicinas.