El mayordomo del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, y otro laico empleado del Vaticano serán juzgados bajo la acusación de robo de documentos, como resultado de un escándalo que ha sacado a flote presuntas pugnas internas en la Santa Sede y ha sacudido a la opinión pública internacional.
Inicialmente, la jerarquía de la Iglesia Católica dijo que Gabriele, de 45 años, quien reside con su esposa y tres hijos en el Vaticano, era el único sospechoso investigado por la filtración de los documentos, presumiblemente robados de los aposentos del Sumo Pontífice.
Pero según el encausamiento dispuesto este lunes por un juez del Vaticano también será procesado Claudio Sciarpelletti, un laico de 48 años y experto en computación que trabajaba en la oficina de la Secretaría de Estado y está acusado de colaborar con Gabriele.
De ser hallado culpable de "robo agravado" y “complicidad” como se le acusa, "Paoletto", como se le llamaba familiarmente al mayordomo del Papa, encara una condena de hasta seis años de cárcel.
De acuerdo con el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ambos serán procesados en un juicio público, algo no visto hasta ahora, en una fecha que será fijada tan pronto como el tribunal reinicie a fines de septiembre sus labores tras las vacaciones de verano.
El escándalo fue precedido por la publicación en medios de prensa italianos de documentos sobre presuntas luchas internas y corrupción en el Vaticano, y la difusión incluso de cartas escritas al Papa.
Gabriele fue detenido el pasado 23 de mayo, y el 22 de junio fue puesto bajo detención domiciliaria dentro del Vaticano. Al otro acusado, Sciarpelletti, se le detuvo el 25 de mayo y quedó en libertad al día siguiente. Según dijo Lombardi en rueda de prensa, su papel en el hecho es “marginal”.
El vocero de la Santa Sede añadió que se ha descubierto “una realidad muy compleja” y que “la justicia proseguirá su labor. La investigación sobre otras personas involucradas sigue abierta", dijo.
Inicialmente, la jerarquía de la Iglesia Católica dijo que Gabriele, de 45 años, quien reside con su esposa y tres hijos en el Vaticano, era el único sospechoso investigado por la filtración de los documentos, presumiblemente robados de los aposentos del Sumo Pontífice.
Pero según el encausamiento dispuesto este lunes por un juez del Vaticano también será procesado Claudio Sciarpelletti, un laico de 48 años y experto en computación que trabajaba en la oficina de la Secretaría de Estado y está acusado de colaborar con Gabriele.
De ser hallado culpable de "robo agravado" y “complicidad” como se le acusa, "Paoletto", como se le llamaba familiarmente al mayordomo del Papa, encara una condena de hasta seis años de cárcel.
De acuerdo con el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ambos serán procesados en un juicio público, algo no visto hasta ahora, en una fecha que será fijada tan pronto como el tribunal reinicie a fines de septiembre sus labores tras las vacaciones de verano.
El escándalo fue precedido por la publicación en medios de prensa italianos de documentos sobre presuntas luchas internas y corrupción en el Vaticano, y la difusión incluso de cartas escritas al Papa.
Gabriele fue detenido el pasado 23 de mayo, y el 22 de junio fue puesto bajo detención domiciliaria dentro del Vaticano. Al otro acusado, Sciarpelletti, se le detuvo el 25 de mayo y quedó en libertad al día siguiente. Según dijo Lombardi en rueda de prensa, su papel en el hecho es “marginal”.
El vocero de la Santa Sede añadió que se ha descubierto “una realidad muy compleja” y que “la justicia proseguirá su labor. La investigación sobre otras personas involucradas sigue abierta", dijo.