Un antiguo club nocturno ubicado en el centro de Bogotá, donde antes funcionaba un prostíbulo, y considerado el mayor centro de lenocinio de la capital colombiana por los excesos, la drogadicción, el narcotráfico y el abuso sexual, ahora se convirtió en un espacio para el arte y la cultura.
Jasbleidy Salas, que hace parte del grupo de trabajo del Instituto Distrital para las Artes de Bogotá (Idartes), contó a la Voz de América que el antiguo Castillo, como era conocido y que pasó a llamarse 'El Castillo de las Artes', ahora es un “espacio de resignificación, memoria, cultura y respeto porque acoge a todo tipo de población, desde la primera infancia y adultos mayores”.
El lugar, que estaba completamente abandonado desde que las autoridades lo intervinieron por sus actividades vinculadas a mafias, se transformó completamente en un sector cultural.
“Fue una idea muy acertada la transformación de 'El Castillo de las Artes', desde prácticas artísticas y el hecho de que se pudieran diseñar unas líneas que estuvieran en concordancia con lo que sucede en el barrio por su diversidad social”, afirmó a la Voz de América, María Claudia Parias, Directora de Idartes.
Arte y cultura como proyecto transformador
Los jacuzzis, saunas y las suites del viejo prostíbulo, fueron reemplazadas por aulas de clase, bailes de pole dance, yoga, letras, libros, pintura, y otras expresiones artísticas que realizan trabajadoras sexuales, trans, migrantes, personas sin hogar y otras poblaciones que habitan esta zona de tolerancia.
“Con la primera infancia trabajamos con un programa que se llama 'nidos', que trabaja con bebés en gestación hasta bebés de tres a cuatro años. En otras líneas, como laboratorios de creación para la población LGBTI y otros temas como la feminidad, qué es ser mujer, qué es el cuerpo femenino y la diversidad sexual, por eso todos los ejercicios de puesta en escena tienen que ver con la realidad del barrio”, añadió Parias.
Igualmente, Parias, apunta que espera replicar "El Castillo de las Artes", en otras localidades de Bogotá, con el fin de promover las acciones de movimientos sociales, colectivos y agrupaciones de otros sectores vulnerables.
“Quisiéramos replicar esta experiencia, analizarla y entender cómo podemos mejorarla y dinamizarla y profundizar el modelo de atención, o sea, qué ha funcionado y qué no ha funcionado”, añadió.
"El Castillo de las Artes", beneficia a la comunidad de las localidades de Santa Fe y Los Mártires, en el corazón de la capital colombiana, y cuenta con talleres para las artes, obras de teatro, exposiciones, diálogos de saberes, musicales, cursos de danzas, entre otras actividades.
“Es un trabajo con la comunidad muy bonito porque se brinda la oportunidad de ofrecer un espacio muy seguro en medio de este caos en el que está ubicado el lugar porque por ejemplo se ven muchas cosas que no son ideales para un niño, pero viven en esta realidad y estos espacios significan mucho para que puedan estar en un ambiente propicio”, concluyó Diego Olaya, del grupo de trabajo de Idartes.
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