El presidente Trump criticó al director del FBI, Christopher A. Wray, el martes, diciendo que dio una "respuesta ridícula" durante su testimonio ante el Congreso la semana pasada cuando se negó a caracterizar como "espionaje" una investigación del FBI a los asesores de la campaña de Trump en 2016.
El testimonio de Wray ante la Subcomisión de Apropiaciones del Senado contrastó con los comentarios hechos por el fiscal general William Barr en una audiencia el mes pasado, donde dijo a los legisladores que "hubo espionaje" durante la investigación de la interferencia electoral en Rusia y lo calificó como "un problema".
Mientras se preparaba para salir de la Casa Blanca el martes, se le preguntó a Trump si mantenía la confianza en Wray, dada su respuesta, el presidente respondió: "Bueno, no entendí su respuesta porque pensé que el fiscal general respondió perfectamente... Pensé que era una respuesta ridícula".
El FBI se negó a comentar sobre las declaraciones del presidente, dice el Washington Post.
En la audiencia de la semana pasada, la senadora Jeanne Shaheen, demócrata por Nueva Hampshire, le preguntó a Wray si estaba de acuerdo con la caracterización de Barr sobre el "espionaje".
"Ese no es el término que usaría", dijo Wray, quien fue seleccionado por el presidente para asumir el liderazgo del FBI en 2017.
En su testimonio, Wray trató de dejar claro que, aunque no usó el término "espionaje" con respecto a la investigación de Trump, no estaba buscando una pelea contra quienes lo hacen.
"Hay muchas personas que tienen diferentes frases coloquiales", dijo Wray. "Para mí, la pregunta clave es asegurarse de que se haga correctamente, de acuerdo con nuestras autoridades legales".
Wray dijo que no había visto ninguna evidencia de que hubiera una vigilancia ilegal a individuos asociados con la campaña de Trump.
El director del FBI declinó hablar en detalle sobre la investigación de la agencia a la campaña de Trump porque hay una investigación curso del inspector general del Departamento de Justicia sobre el origen de la pesquisa sobre Rusia, que según el fiscal general William Barr debería concluir entre mayo y junio.
Barr investiga si hubo una razón legal para que el FBI iniciara una investigación de contrainteligencia sobre los vínculos de la campaña de Trump con Rusia. La recientemente concluida investigación del fiscal especial Robert Mueller no encontró una conspiración que pudiera ser penalizada entre la campaña y el Kremlin para cambiar el resultado de la elección presidencial de 2016.
El FBI obtuvo una orden de vigilancia secreta en el otoño de 2016 para monitorear las comunicaciones del exasistente de campaña de Trump Carter Page, cuyas interacciones con los rusos varios años antes habían suscitado sospechas en las agencias de la ley incluso antes de unirse a la campaña.
El New York Times informó la semana pasada que el FBI envió a una investigadora del gobierno para hacerse pasar como asistente de investigación a fin de hablar con el exasesor de la campaña de Trump, George Papadopoulos, a quien un profesor maltés le dijo en la primavera de 2016 que Rusia tenía "material dañino" sobre la demócrata Hillary Clinton en forma de correos electrónicos robados.
En su libro sobre su enredo en la investigación de Rusia, "Deep State Target", Papadopoulos escribió que la mujer, que se identificó como Azra Turk, le preguntó sobre su trabajo en la campaña Trump. "Ella quiere saber si estamos trabajando con Rusia", escribió, describiendo la pregunta como escalofriante. Dijo que le respondió que él "no tenía nada que ver con Rusia".
Papadopoulos se declaró culpable de mentir al FBI sobre sus interacciones con el profesor Joseph Mifsud, y fue sentenciado a 14 días en prisión.