El Congreso de Estados Unidos aprobó el jueves dos proyectos de ley para dar apoyo a los manifestantes prodemocracia de Hong Kong, después de meses de disturbios en ese territorio semiautónomo de China.
La Cámara de Representantes votó abrumadoramente a favor de la medida, llamada “Ley de Derechos Humanos y Democracia en Hong Kong”, la cual requiere una revisión anual del estatus de comercio favorable que Estados Unidos otorga a Hong Kong.
También autoriza sanciones estadounidenses a funcionarios chinos y de Hong Kong involucrados en abusos a los derechos humanos.
El segundo proyecto de ley prohíbe la exportación de ciertas municiones no letales a Hong Kong, como gases lacrimógenos, balas de goma y cañones de agua.
La cámara baja aprobó ambos proyectos un día después que el Senado, y ahora están en la Casa Blanca para que el presidente Donald Trump los firme y se conviertan en ley.
La Casa Blanca indicó que Trump tiene intenciones de firmar ambos proyectos.
Estas leyes son percibidas como un potencial obstáculo en un esperado acuerdo comercial entre Estados Unidos y China.
"Si Estados Unidos no habla por los derechos humanos en China debido a temas comerciales, perdemos toda la autoridad moral para hablar de derechos humanos en otras partes del mundo”, dijo Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, poco antes de la aprobación de ambos proyectos.
Las dos medidas recibieron el respaldo de demócratas y republicanos, a pesar de las divisiones actuales entre ambos partidos en el Congreso.
“No estamos hoy aquí como republicanos o demócratas, sino como estadounidenses unidos en nuestro apoyo al pueblo de Hong Kong”, dijo el congresista Michael McCaul, el principal republicano en el Comité de Asuntos Exteriores de la cámara.
"Este proyecto envía un claro mensaje a China de que habrá consecuencias por las acciones brutales e inflexibles en Hong Kong. No nos sentaremos a un lado mientras el Partido Comunista chino se enriquece y oprime a su propio pueblo”, agregó McCaul.
Durante los últimos cinco meses, los manifestantes han salido a las calles de Hong Kong a demandar más democracia y autonomía. Las protestas a veces se han hecho violentas, resaltando preocupaciones de que China incrementará su respuesta para frenar la desobediencia civil.