Una ola de manifestantes estudiantiles intentaron escapar de las líneas policiales el martes, mientras que menos de 200 personas permanecen rodeadas por la policía antidisturbios dentro de una universidad de Hong Kong.
La reportera del servicio cantonés de la Voz de América, Iris Tong, que se encontraba con estudiantes dentro de la Universidad Politécnica de Hong Kong, describió escenas de desesperación, con al menos dos jóvenes adolescentes amenazando con suicidarse.
"Vi a un niño (amenazar) con usar un cuchillo en su cuello", dice Tong. "No vi sangre en su cuello, pero él solo habló de cómo quería suicidarse", describió. Pero otras personas dijeron que no era necesario que él hiciera eso y le pidieron que bajara el cuchillo ".
"Puedo sentir que no tienen esperanza", señaló. "Es bastante triste".
Desde el domingo, la policía ordenó a los manifestantes que dejaran caer sus armas caseras y salieran del campus por una única salida, donde probablemente enfrentarían cargos relacionados con disturbios. Hasta la madrugada del martes, cientos habían acordado abandonar la escuela luego de negociaciones por parte de funcionarios locales y líderes comunitarios.
Muchos otros estudiantes han intentado escapar, algunos deslizándose por las cuerdas hasta llegar a unas motocicletas que esperaban en la calle. La policía ha disparado gases lacrimógenos y balas de goma contra quienes intentan huir.
La semana pasada, cientos de estudiantes se atrincheraron en el campus, recogiendo armas improvisadas, incluyendo ladrillos y flechas. Ahora, solo quedan "100 y tantos" manifestantes, indica Tong. "Pero menos de la mitad de ellos pueden ir al frente", estima.
Comentarios de la líder de Hong Kong
La líder de Hong Kong, Carrie Lam, hizo el martes sus primeros comentarios sobre el enfrentamiento, diciendo que está "extremadamente preocupada" y espera que la situación pueda resolverse pacíficamente.
Pero Lam también defendió las acciones policiales y dijo que estaba sorprendida de que los estudiantes convirtieran el campus en una "fábrica de armas". Hasta el momento, unos 600 manifestantes han abandonado el campus, indicó Lam.
La escena alrededor del campus estaba relativamente tranquila a partir del mediodía del martes. Una noche antes, oleadas de manifestantes intentaron infructuosamente romper las líneas policiales y llegar al campus con suministros. Los manifestantes arrojaron bombas de gasolina a la policía y pusieron obstáculos en la calle, pero finalmente fueron rechazados por la policía, que disparó cañones de agua, gases lacrimógenos y balas de goma.
Escala la violencia
Los enfrentamientos son algunos de los peores hechos de violencia desde que comenzaron las protestas antigubernamentales en Hong Kong hace cinco meses.
Las protestas iniciaron en oposición a un proyecto de ley que habría permitido que los ciudadanos de Hong Kong fueran extraditados al continente. Las protestas se transformaron rápidamente en llamamientos más amplios para la democracia y la oposición a la creciente influencia china.
Un grupo más pequeño de manifestantes incondicionales también se ha involucrado cada vez más en tácticas más agresivas: enfrentarse con la policía, destruir la infraestructura pública y destrozar los símbolos del poder estatal. Los manifestantes han defendido las tácticas como una respuesta necesaria a la violencia policial y la negativa del gobierno a hacer concesiones políticas.
Beijing se mantiene firme
Ni las autoridades de Beijing ni Hong Kong muestran signos de rendirse.
A principios de esta semana, el Tribunal Superior de Hong Kong dictaminó que la prohibición del gobierno de las máscaras faciales era inconstitucional. La prohibición de la máscara facial, que entró en vigencia el mes pasado, castigó a los delincuentes con hasta un año de prisión.
Pero la máxima legislatura de China criticó el martes el fallo de la corte e insistió en que las cortes de Hong Kong no tienen autoridad para pronunciarse sobre la legalidad de la legislación.
La declaración de Beijing amenaza fundamentalmente el estado de derecho en Hong Kong, dice Angel Wong, un abogado de Hong Kong.
"Esto cambia completamente nuestra comprensión de nuestro sistema legal", indica Wong. "Nos hace preocuparnos de lo que hará Beijing para quitarle el poder a los tribunales de Hong Kong".
Muchos habitantes de Hong Kong están indignados por la constante erosión de la política de "un país, dos sistemas" que Beijing ha utilizado para gobernar Hong Kong desde que Gran Bretaña se la entregó a China en 1997.