Donald Trump junto a su compañero de fórmula, Mike Pence, llegaron hasta el lugar del desastre en Luisiana y participaron de un evento de entrega de donaciones junto a un grupo de voluntarios en la iglesia, Baton Rouge.
Aunque no se trató de un evento político, los analistas sí lo consideran políticamente oportuno porque se realiza justo en el momento en el que su jefe de campaña renunció y que el presidente Barack Obama ni la candidata demócrata, Hillary Clinton se han hecho presentes en el lugar.
Las lluvias torrenciales que afectaron el barrio de Baton Rouge en Luisiana ha quedado devastado después de las inundaciones que cobraron la vida de 13 personas y dejaron a miles de personas sin hogar.
Este cambio de tono en el discurso y campaña de Trump está relacionado con el nombramiento reciente de Kellyanne Conway como administradora de campaña, quien sugirió que la visita de Trump a Luisiana es parte de un gran esfuerzo, como el discurso del día anterior donde se disculpó por sus declaraciones provocativas, de ingresar a una fase más presidencial.
``Es también presidencial el contar con hoy con él y el gobernador Pence en Luisiana participando en un evento decididamente que no es política '', dijo Kellyanne a una cadena de noticias. Y agregó, “ellos van a ayudar a la gente en necesidad en el terreno”.
La visita se produjo a pesar que el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards señaló que el candidato no se debería involucrar, pero que era bienvenido, “pero no solo para una oportunidad de fotografiarse”.
En un comunicado, el portavoz de Edwards, Richard Carbo, dijo que “esperamos que considere realizar trabajo voluntario o que entregue una cuantiosa donación para la fundación que ayuda a las víctimas de la tormenta”.
El presidente Barack Obama anunció que visitará la zona afectada por las fuertes tormentas en Luisiana el próximo martes.