El presidente de Estados Unidos, Donald Trump realizó una corta visita al monumento nacional del Holocausto Yad Vashem antes de viajar a Italia en la continuación de su primera gira al exterior, y calificó la exterminación nazi de seis millones de judíos como “el crimen más salvaje contra Dios y sus criaturas”.
La visita de Trump -de sólo 10 minutos- fue ampliamente criticada luego de una serie de pasos en falso por parte de su administración sobre temas de interés para la comunidad judía-americana.
Pero Trump complació a sus anfitriones de Israel al tomar una posición firme en la expresión de simpatía por las víctimas del Holocausto y el apoyo al Estado judío.
En una solemne ceremonia, Trump acompañado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reavivó la llama eterna del monumento y depositó una corona de flores en honor de los seis millones de judíos asesinados. Un coro de niños cantó y recitó una oración especial por los fallecidos.
Trump llamó al Holocausto "la hora más oscura de la historia".
"Millones de vidas maravillosas y hermosas - hombres, mujeres y niños - fueron extinguidas como parte de un intento sistemático de eliminar al pueblo judío", dijo Trump. "Es nuestro solemne deber recordar, llorar, afligir y honrar cada vida que fue cruel y cruelmente tomada”, sentenció el presidente estadounidense.
Visita con Abbas
Horas antes, Trump se reunió en Belén con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y dijo que el problema fundamental para los palestinos es con la ocupación israelí y los asentamientos y el fracaso de Israel en reconocer a Palestina.
"El problema no es el judaismo sino la ocupación", agregó Abbas, cuyo apoyo político está debilitado. El líder palestino reiteró su disposición a aceptar una solución de dos estados y el regreso a las fronteras de 1967.
Trump prometió "hacer todo lo posible" para llevar la paz al Medio Oriente, igual que lo han hecho sus predecesores que no han logrado hacer realidad esa meta.
El Presidente llegó a Israel el lunes, luego de dos días de visita a Arabia Saudita, donde Trump dijo que el rey Salman le aseguró que Ryad quiere la paz entre israelíes y palestinos.
El lunes, Netanyahu advirtió que hacer la paz "no será tan sencillo", pero expresó cauteloso optimismo de que "por primera vez en muchos años y por primera vez en su vida, ve una verdadera esperanza de cambio"
Por la tarde en la residencia de Netanyahu, Trump elogió a su anfitrión -que fue electo a un cuarto mandato en 2015-, por "trabajar muy duro". Agregó "No es fácil...Estados Unidos está listo para asistir de todas las formas posibles".
El estatus de Jerusalén, que tanto israelíes como palestinos reclaman como su capital, también complica una solución.
La Autoridad Palestina controla Cisjordania y tiene su gobierno en Ramala. El grupo militante Hamas controla la Franja de Gaza, y ha dicho que el Presidente estadounidense no puede ser un intermediario justo de paz porque calificó a la entidad como una "organización terrorista".