El presidente Donald Trump, despedía este lunes su larga gira por Asia con reuniones bilaterales con los líderes de Australia, India y el anfitrión, Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, a quien agradeció su hospitalidad, pero no crítico al menos públicamente por sus violaciones a los derechos humanos.
Trump y Duterte en realidad tuvieron varios encuentros durante el domingo por la noche y el lunes por la mañana en los cuales parecieron disfrutar de la compañía mutua. En una breve intervención en el almuerzo del lunes Trump elogió la organización de la cumbre y dijo a Duterte que la manejó “estupendamente”.
“Realmente he disfrutado estar aquí”, le dijo.
De acuerdo a la presidencia filipina, la reunión entre ambos líderes duró más de 40 minutos y en la misma, Trump no tocó el tema de los derechos humanos.
La portavoz de la Casa Blanca, Sara Huckabee Sanders, afirmó en cambio que el tema de los derechos sí fue tocado, aunque “brevemente”.
Duterte ganó las elecciones el año pasado prometiendo erradicar las drogas, los drogadictos y los narcotraficantes mediante una campaña sin precedentes para matar a unos 10.000 de ellos.
Desde que tomó posesión del cargo, la policía ha reportado la muerte de 3.967 personas en las redadas, pero el presidente filipino mantiene un alto nivel de popularidad en su país.
Grupos de derechos humanos habían urgido a Trump a terminar la gira con una fuerte condena de los métodos usados por Duterte, pero en lugar de eso Trump dijo haber cultivado “una gran relación” con su homólogo filipino.
Además de almorzar con Duterte, Trump se reunió el lunes con el primer ministro de India, Narendra Modi, y cenó con el de Australia, Malcolm Turnbull, antes de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Manila.
Trump también anunció un “discurso importante” sobre comercio y Corea del Norte cuando regrese a Washington el miércoles.
La Casa Blanca ha sugerido que el presidente Trump podría designar a Corea del Norte como un Estado patrocinador del terrorismo.
