El presidente Donald Trump firmó este miércoles un proyecto de ley aprobado por las dos cámaras del Congreso que respalda a los manifestantes prodemocracia en Hong Kong y promete velar por los derechos humanos en ese territorio chino.
La promulgación de la legislación tiene lugar en un momento en que China y Estados Unidos están a punto de firmar un acuerdo comercial que podría llevar al fin de la guerra de aranceles entre los dos países y Beijing había expresado sus reservas contra la medida.
La ley requiere que el Departamento de Estado certifique, al menos anualmente, que Hong Kong retiene la autonomía suficiente para justificar el estatus de comercio favorable que Washington otorga a la antigua colonia británica.
Un segundo proyecto del Congreso, que Trump también convirtió el ley, prohíbe la exportación a la policía de Hong Kong de municiones para el control de multitudes, como gases lacrimógenos, rociadores de pimienta, balas de goma y pistolas paralizantes.
"Firmo estos proyectos con todo el respeto para el presidente (chino) Xi (Jinping), para China y para el pueblo de Hong Kong. Se han emitido con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong puedan resolver sus diferencias pacíficamente para una paz y una prosperidad duradera para todos”, dijo Trump en un comunicado.
En el centro de la cuestión está la promesa de Beijing de permitir a Hong Kong un"alto nivel de autonomía” por 50 años cuando recibió el territorio en 1997.
Los manifestantes que han salido a las calles de Hong Kong en los últimos meses denuncian que esas libertades se han ido erosionando paulatinamente.
Los gobiernos de China y Hong Kong reaccionaron de inmediato a la firma de los proyectos. Hong Kong expresó este jueves una fuerte oposición a una ley que considera que envía una señal equivocada a los manifestantes.
La Cancillería china, por su parte, dijo que tomará “contramedidas firmes” si Estados Unidos continúa interfiriendo en Hong Kong.
Agregó que la legislación firmada por Trump es una seria interferencia en los asuntos de China y que los esfuerzos estadounidenses están “destinados al fracaso”.
También advirtió que Washington tendrá que soportar las consecuencias de las contramedidas de China si sigue “actuando arbitrariamente” con respecto a Hong Kong.