El presidente Donald Trump dijo que cree que algunos legisladores republicanos que han tomado posturas duras sobre la inmigración finalmente acordarían ofrecer la ciudadanía a los inmigrantes jóvenes que llegaron a Estados Unidos ilegalmente cuando eran niños.
En una entrevista transmitida el viernes por el canal CNBC, Trump dijo que los senadores republicanos Tom Cotton, John Cornyn y David Perdue, y el legislador Bob Goodlatte, tendrían la voluntad de cambiar parte de sus posturas sobre la inmigración.
“Ya han cambiado mucho, creo que están dispuestos a cambiar más, y yo lo estoy”, dijo el mandatario a CNBC desde el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza.
“Veremos si logramos el acuerdo correcto. Yo creo que lo haremos”, agregó Trump.
La propuesta del presidente provocó una furibunda respuesta de sus aliados, que se sienten traicionados respecto a una de las promesas clave de la campaña.
Los candidatos alineados con Trump en Nevada y Virginia rechazaron abiertamente la idea. El medio de comunicación más leal al mandatario, Breitbart News, le llamó "Don Amnistía". Y grupos externos que aplaudieron la dura retórica que dominó la campaña electoral de Trump advirtieron de una feroz reacción contra el Partido Republicano en los comicios de mitad de legislatura que se celebrarán en noviembre.
"Hay una posibilidad real de desastre", dijo Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración, un grupo de extrema derecha. "El presidente aún no ha vendido a su votantes. Pero creo que es importante que sus partidarios le dejen claro que lo están vigilando".
El malestar se centró en el presidente Trump, que ya cambió de opinión antes en situaciones de presión similares. Pero el presidente no se ha enfrentado nunca a una prueba tan importante sobre un tema tan significativo, que dominó su campaña e inspiró a una coalición de votantes de clase obrera que respaldaron su improbable llegada a la Casa Blanca. Ahora, apenas un año después de asumir la presidencia, el republicano puede doblegarse a la voluntad de su encendida base o la presión para gobernar y comprometerse.
Su liderazgo determinará el destino de cientos de miles de inmigrantes y si su partido puede mejorar su posición entre el creciente grupo de votantes hispanos. Además podría alienar a quienes lo quieren.
"Hay un movimiento Trump. Y no es necesariamente sobre Donald Trump", dijo Corey Stewart, candidato republicano al Senado en Virginia y conocido aliado del mandatario. "Es sobre las cosas sobre las que Donald Trump hizo campaña y defendió. En última instancia, todos los líderes electos deben permanecer fieles al mensaje con el que se presentaron, de lo contrario la gente los abandona".
Esta apasionada respuesta subraya el dilema migratorio que acosa al Partido Republicano en la era Trump.
Gran parte del país, incluyendo republicanos independientes y moderados, están a favor de las protecciones a los miles de jóvenes que fueron llevados al país de forma ilegal cuando eran menores y se criaron en el país sin culpa alguna. Pero una notable facción conservadora, envalentonada por la retórica antiinmigración del presidente, nunca aceptará nada que se considere una "amnistía". Y muchos piensan que dar cobertura legal a estos jóvenes migrantes es justo eso.
La propuesta de la Casa Blanca incluye una inversión de miles de millones de dólares en seguridad fronteriza y cambios significativos en política migratoria, muy esperados por los conservadores. Varios demócratas y activistas sobre inmigración rechazaron el plan de forma rotunda. Pero que sus partidarios se hagan centrado en la "amnistía" a los dreamers pone de manifiesto lo arraigado del asunto en su case y el poco margen de maniobra de que dispone el dirigente.
El plan proporcionaría un mecanismo para la naturalización de los casi 690.000 inmigrantes jóvenes que quedaron protegidos de la deportación por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), de la era Obama, y para una cantidad similar de jóvenes que por alguna razón nunca aplicaron para beneficiarse del programa.
Trump dijo a periodistas esta semana que estaba a favor de una vía para que puedan obtener la ciudadanía, una noción que en su día rechazó explícitamente. Esta ley es una prioridad para los demócratas, que forzaron un cierre gubernamental por este asunto la semana pasada. El presidente parece dispuesto ahora a alcanzar un acuerdo.