El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a China desde Corea del Sur para una visita de dos días, horas después de lanzar una severa advertencia al líder norcoreano, Kim Jong Un, y urgir a China a dejar de apoyarlo.
Trump fue recibido con gran pompa —guardia de honor, banda, marcha y niños— a su llegada al aeropuerto de Beijing, el miércoles por la tarde (hora local), aunque la ceremonia principal de bienvenida para él y su comitiva tuvo lugar más tarde, cuando se encontró con su homólogo chino, Xi Jinping, en el Gran Salón del Pueblo y visitó la Ciudad Prohibida.
En su último discurso en Corea del Sur ante la Asamblea Nacional de ese país, Trump pronunció algunas de sus líneas más duras contra Corea del Norte, en un discurso que abordó variados temas y que estuvo cargado de acusaciones específicas de abusos a los derechos humanos en Pyongyang.
Dirigiendo sus palabras directamente a Kim, Trump insistió: “Las armas que está adquiriendo no están aumentando su seguridad, están poniendo a su régimen en grave peligro. Cada paso que da por este camino oscuro eleva los peligros que enfrenta”.
“No nos subestimen y no nos pongan a prueba”, advirtió.
En su comparecencia, igualmente pidió a Beijing que deje de apoyar a Corea del Norte, que tiene en China su mayor socio comercial.
“Ustedes no pueden apoyar, no pueden proveer, no pueden aceptar”, afirmó, pidiendo a “todas las naciones, incluidas China y Rusia” que apliquen por completo las resoluciones recientes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Corea del Norte.
Trump retomó su dura retórica contra Corea del Norte, un día después de que pareció moderar una posición que había generado temores de un conflicto militar en todo el este de Asia. El martes, Trump incluso ofreció una apertura diplomática para “lograr un acuerdo”.
En su discurso del miércoles pasó mayormente a la ofensiva, pero prometió un “camino a un futuro mucho mejor” para Corea del Norte si detiene el desarrollo de misiles balísticos y accede a “una desnuclearización completa, total y verificable”, algo que Pyongyang ha prometido que nunca hará.
El discurso ocurrió después de que Trump debió abortar el miércoles una visita no anunciada a la frontera que separa a Corea del Sur y del Norte, debido a que una espesa neblina impidió que su helicóptero pudiera aterrizar.
Se espera que Trump pida a China que reduzca sus relaciones con Pyongyang y expulse a los trabajadores norcoreanos. Trump ha elogiado a China por tomar algunas medidas contra Corea del Norte, pero les instó a hacer más porque miembros del gobierno estadounidenses creen que la frontera entre ambos países sigue siendo un corredor comercial.
La Casa Blanca apuesta a la relación personal de Trump con Xi para impulsar las negociaciones. Trump ha elogiado a menudo a Xi, que hace poco se convirtió en el líder chino más poderoso en varias décadas.