En Estados Unidos, el ballet no atrae mucha audiencia. Incluso en las ciudades más grandes, los grupos de ballet tienen problemas para sobrevivir. Por esto, muchos de estos están buscando ampliar la definición de su público.
Ese es el caso del Ballet de Nashville, el cual realiza unos 150 shows al año.
Para esta tropa no hay público muy pequeño o muy grande. Por ejemplo, los estudiantes de la Escuela Elemental de Glengarry están muy emocionados con la presentación.
“Nuestra misión es crear, presentar, enseñar y promover el baile”, dice Anne Strickland, coordinadora de mercadeo del grupo. “Gran parte de esta misión es llevar el ballet a fuera de nuestros estudios”, añade.
Strickland también utiliza la danza para cumplir con los requerimientos físicos que se exigen en la escuela diariamente. Durante las presentaciones, ella hace que los niños se levanten y bailen, antes de darse cuenta, los pequeños están moviéndose por todas partes.
El Ballet de Nashville cobra a las escuelas por estas presentaciones. Pero, el programa de la escuela de Glengarry, fue pagado con dinero de donaciones y becas del gobierno.