El sargento de la policía colombiana, Luis Alberto Erazo, fue el único sobreviviente de una matanza de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, grupo militar que lo mantuvo cautivo por 12 años. Cuatro de sus colegas, también secuestrados, perdieron la vida.
Erazo, después de reencontrarse con su esposa y su hija, quien actualmente tiene 16 años, relató a la prensa detalles de lo que definió como un “infierno”.
Según explicó el sargento, a este campamento habían llegado, el día anterior a cuando sucedieron los acontecimientos, después de caminar mes y medio por la selva tratando de evitar encontrarse con el ejército colombiano.
En la mañana del 26 de noviembre escuchó unos disparos a unos 15 metros y al sentir que tenía impactos en la cara y el cuello entonces, Erazo narra, “supe que la cosa era conmigo”. Corrió tanto como pudo y a pesar de que algunos integrantes de la guerrilla le persiguieron por la selva, pudo esconderse.
El oficial, quien fue secuestrado en diciembre de 1999, declaró que “los guerrilleros decían que en caso de combate corriéramos al lado de ellos porque nos iban a entregar sanos y salvos. A mí se me olvidó eso y corrí hacia la selva. Mis compañeros, en cambio, avanzaron hacia ellos y ahí fue cuando los asesinaron a mansalva y sobre seguro”.
Ya casi llegando la noche escuchó los ruidos de una motosierra y decidió salir e identificarse.
Actualmente, el sargento Erazo se encuentra el Hospital de la Policía, cuya directora, Adriana Camero declaró “está en muy buenas condiciones generales, con un estado de ánimo satisfactorio, con muchas ganas de vivir”.
