Lee tocó tierra cerca de Nueva Orleans, en Luisiana, inundando las calles y haciendo recordar la devastación causada por el huracán Katrina hace seis años. La tormenta dejó caer más de 30 centímetros de lluvia en Luisiana y Mississippi.
Aunque fue degradada a depresión tropical, el enorme tamaño de la tormenta y la cantidad de humedad que trae consigo, son una gran preocupación para las zonas internas de la costa Este de estados Unidos.
Lee viaja con vientos máximos sostenidos de 56 kph en dirección este-noreste, según informaron meteorólogos.
Su foco se ubica en Mississippi, donde los meteorólogos prevén que recorra el estado durante el día. Autoridades de este estado confirmaron que el domingo 4 de septiembre (2011) una persona murió ahogada al intentar cruzar con su vehículo una calle inundada.
Pese a ser una depresión tropical, se espera que cause fuertes lluvias en gran parte del sudeste de Estados Unidos, moviéndose de Mississippi a Alabama, Tennessee y Kentucky hasta el jueves, según un comunicado del Centro Nacional de Huracanes.
Se prevé que las fuertes lluvias causen inundaciones y anegaciones repentinas, advirtió el CNH, e incluso podrían registrarse tornados en partes de Luisiana, Mississippi, Alabama, el noroeste de Florida y el sudoeste de Georgia, según publicó la agencia Reuters.
Estados Unidos mantenía parada este lunes 5 de septiembre un 61% de su capacidad de producción petrolera en el Golfo de México tras el paso de Lee, agregó Reuters.
La Agencia de Manejo de Energía Oceánica de Estados Unidos dio a conocer que también tenía paralizado un 46% de la producción de gas natural. Otras dos compañías que operan en el Golfo de México reportaron el cierre de su producción el lunes, según la agencia.
Algunas firmas estaban reanudando el bombeo de sus plataformas en el oeste del Golfo, aunque los fuertes vientos y las agitadas aguas retrasaban el retorno de la mayoría de los trabajadores a las instalaciones en mar adentro.
Miles de personas fueron evacuadas el fin de semana de la ciudad de Nueva Orleans, en Louisiana, donde se esperaba que la tormenta tropical Lee dejara caer unas 20 pulgadas de lluvias, en lo que sería el peor embate climático contra la ciudad desde los trágicos días de agosto del 2005 con el huracán Katrina.