El gobierno de Teherán protestó contra las críticas que el nuevo gobierno de Brasil, encabezado por la presidenta Dilma Rousseff, realizara a la situación de derechos humanos en Irán.
El diario O Estado de São Paulo, informa que el desencuentro entre ambos gobiernos es la primera señal de malestar entre ambos países después de años de muy buenas relaciones, incluyendo el apoyo que el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, había dado al gobierno del presidente iraní Mahmoud Ahmadinajd.
Según un telegrama diplomático al que el diario O Estado de São Paulo tuvo acceso, los diplomáticos brasileños en Teherán informaron que un asesor especial de Ahmadinejad llamó por teléfono al embajador brasileño en Teherán, Antonio Salgado, para pedirle que transmitiera la queja a Itamaraty, sede de la cancillería de Brasil.
Según el informe, el asesor transmitió la “molestia de Teherán con las repetidas referencias a la situación de derechos humanos en Irán realizadas por las autoridades brasileñas.
La posición de Rousseff
El cambio de posición de Brasil bajo la presidencia de Dilma Rousseff, es consistente con las declaraciones de la mandataria durante una entrevista con el diario The Washington Post, donde la mandatario manifestó su desacuerdo con la decisión de Brasil de no votar en Naciones Unidas (ONU), la condena a la violación de los derechos humanos en Irán.
“No estoy de acuerdo con la forma en la que Brasil votó. Esa no es mi posición” afirmó Rousseff.
A diferencia de su predecesor, Lula da Silva, Rousseff criticó las “prácticas medievales aplicadas cuando se trata de mujeres” en Irán y “ dijo que “sería incómodo, como mujer electa presidenta, no manifestarme contra el apedreamiento”, dijo en referencia a la condena a muerte por lapidación de la iraní Sakineh Ashtiani.
El propio canciller, Antonio Patriota confirmó el cambio de posición del nuevo gobierno de Brasil en materia de derechos humanos con Irán.
Sanciones de Estados Unidos
Mientras tanto, Estados Unidos extendió sanciones a más de 25 empresas que dice han estado operando en nombre de empresas iraníes involucradas en los programas de misiles de Teherán.
El Departamento del Tesoro informó que 24 de las firmas tienen relación con la estatal Islamic Republic of Iran Shipping Lines, y que dos de ellas están afiliadas con Aerospace Industries, subsidiaria del ministerio de defensa de Irán.
Las más recientes acciones separan a estas firmas del sistema comercial y financiero de Estados Unidos y congelan cualquier cuenta que puedan tener bajo la jurisdicción de Washington.
