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Nueva aplicación mantiene a artistas angoleños ocupados y permite al público disfrutar desde casa


DJ Ritchelly visto en una aplicación de Soba Channel, una plataforma de actuación donde los artistas pueden transmitir en vivo espectáculos y los aficionados pagan para obtener acceso. Luanda, Angola, junio 17 de 2020.
DJ Ritchelly visto en una aplicación de Soba Channel, una plataforma de actuación donde los artistas pueden transmitir en vivo espectáculos y los aficionados pagan para obtener acceso. Luanda, Angola, junio 17 de 2020.

DJ Ritchelly fue uno de los primeros en sumarse a la plataforma después de que sus ingresos se redujeron a cero debido a la cuarentena. Los artistas reciben el 90% del valor de la entrada.

Cuando el gobierno angoleño impuso fuertes restricciones a fines de marzo por la pandemia de coronavirus, el empresario e innovador local Claudio Kiala vio una oportunidad en el mercado del entretenimiento virtual.

Antes de que estallara la crisis, Kiala y su equipo habían estado desarrollando una plataforma conocida como Soba Channel, en la que los artistas podrían transmitir shows en vivo y el público pagaría para acceder al contenido.

La cuarentena aceleró su lanzamiento para ayudar a los artistas a obtener algunos ingresos y al mismo tiempo brindar a los espectadores la oportunidad de entretenerse en sus hogares. Soba es la primera plataforma de entretenimiento virtual en Angola, donde las reuniones sociales siguen prohibidas.

El popular DJ local Ritchelly fue uno de los primeros en sumarse a la plataforma después de que sus ingresos se redujeron a cero debido a la cuarentena.

“Este virus nos ha traído un nuevo entorno y formas de vivir diferentes. Y esta es una forma de supervivencia para los artistas que quieren seguir haciendo su trabajo”, dijo Ritchelly, mientras se preparaba para su presentación virtual en vivo a través de la aplicación.

El público, obligado a quedarse en casa, está feliz de pagar entre 2 y 6 dólares la hora, dependiendo del artista, para ver a sus artistas favoritos.

“Me da una mejor experiencia porque estoy solo. No tengo que escuchar a las otras personas gritando (como en los shows en vivo al aire libre). Solo tengo que sentarme allí y mirar”, dijo Ekumbi Dias, de 17 años. .

Los artistas se quedan con el 90% del precio de la entrada.

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