Estados Unidos y los talibanes resolvieron sus diferencias acerca de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y de las garantías de los insurgentes sobre la ruptura de su relación con otros grupos extremistas, dijo un responsable del grupo el martes.
El avance se produjo durante las conversaciones de los dos últimos días en Qatar, donde los talibanes mantienen una oficina política.
Estados Unidos no confirmó de inmediato la información ni proporcionó detalles sobre los progresos en el diálogo, pero el enviado de Estados Unidos reportó “excelentes avances” en los contactos. El responsable talibán habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir los detalles de las negociaciones.
Equipos técnicos de las delegaciones estadounidense y talibán seguirán las conversaciones el martes en Doha.
El enviado de paz de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, tiene la tarea de encontrar una solución pacífica a casi 18 años de guerra en Afganistán. El diálogo intraafgano y un alto el fuego son otras de sus prioridades.
Khalilzad, que más tarde viajó a Nueva Delhi, dijo en Twitter que “hemos realizado excelentes avances” en las discusiones.
Sin embargo, el diálogo de Qatar entre insurgentes y Washington no incluye al gobierno de Kabul. Los talibanes se niegan a negociar directamente con representantes del ejecutivo del presidente Ashraf Ghani, al que acusan de ser un títere de Estados Unidos.
Aunque mantuvieron varias rondas de diálogo con Khalilizad desde su nombramiento como enviado de paz hace casi un año, los insurgentes perpetran atentados con víctimas mortales casi a diario.
Los talibanes controlan ahora alrededor de la mitad de Afganistán. No tenían tanto poder desde 2001, cuando la invasión liderada por Estados Unidos derrocó a su gobierno, que había cobijado al entonces líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.
Washington y los talibanes parecen estar cerca de cerrar un acuerdo por el que las fuerzas estadounidenses se retirarían del país a cambio de garantías de que Afganistán no se convertirá en un refugio para otros grupos terroristas.
Khalilzad señaló que espera tener el acuerdo final para el 1 de septiembre, lo que permitiría la salida de los más de 20.000 soldados estadounidenses y de la OTAN.
Estados Unidos y la OTAN concluyeron formalmente su misión de combate en 2014, pero tanto los estadounidenses como los aliados siguen formando al ejército afgano. Por otra parte, Washington también asiste al ejército nacional en ataques aéreos y cateos contra los talibanes y la filial del grupo extremista Estado Islámico en Afganistán.