En su mejor faceta, Steve Jobs era el gurú de Silicon Valley, el visionario, el artista. En su peor faceta era controlador, de carácter volátil y no tenía filtros a la hora de opinar, como cuando le dijo al presidente Barack Obama que iba encaminado hacia “una presidencia de un solo período” si no implementaba reformas más beneficiosas para las empresas.
Era, en definitiva, un ser humano con sus aciertos y errores, como se deja ver en la biografía oficial escrita por Walter Isaacson, cuya publicación fue adelantada debido a la muerte de Jobs el pasado 5 de octubre a los 56 años. ¿Qué lo distinguió del resto? Un genio creativo que lo llevó a revolucionar seis industrias: la de las películas de animación, la música, los teléfonos, las tabletas, la publicación digital y las computadoras, según Isaacson.
Hay un lugar para todos en la biografía “Steve Jobs”, de más de 600 páginas. Los fanáticos de la tecnología querrán conocer las historias detrás de las innovaciones de Apple, cómo Jobs convenció a los músicos de aceptar iTunes, su acérrima rivalidad con Google –a quién acusó de ‘robarles’ el iPhone para crear el sistema operativo Android-, y la revelación de que entre sus planes, Jobs quería crear una televisión Apple "integrada con todos los otros aparatos" desarrollados anteriormente.
Hay lugar también para las revelaciones personales, entre ellas el impacto que tuvo en la vida de Jobs ser hijo adoptivo. Aunque nunca quiso tratar con su padre biológico, se conocieron sin saberlo. El libro cuenta que Jobs era cliente de un restaurante en San José al que solían ir los peces gordos del mundo de la tecnología, y ese restaurante, irónicamente, era regentado por su padre, un sirio llamado Abdulfata 'John' Jandali. Fue a través de su hermana biológica, a quien sí conoció y trató, que descubrió quién era su padre, pero aun así no quiso contactarlo.
La historia se repitió y el propio Jobs fue un padre ausente. "No quería ser padre, así que no lo fui", dijo con respecto a la hija que tuvo con una mujer llamada Chrissann Brennan, con quien mantuvo una relación casual. Fue recién cuando Lisa Nicole Brennan cumplió ocho años que Jobs empezó a relacionarse más con ella. Por algo dijo a su biógrafo que su mayor interés en publicar el libro era que sus hijos lo conocieran. “Yo no estuve siempre allí para ellos y quiero que sepan y entiendan el porqué”, dijo Jobs un par de semanas antes de fallecer.
Jobs también confesó a su biógrafo que se arrepintió de no haberse operado a tiempo del cáncer de páncreas que finalmente cobró su vida. En una entrevista con el programa televisivo 60 minutes, Isaacson contó que cuando Jobs fue diagnosticado en 2003, los médicos le dijeron que su enfermedad “pertenecía al 5% de los cánceres de páncreas que pueden ser curados”. Pero Jobs se negó a operarse de forma inmediata porque, según contó al autor del libro, “no quería que su cuerpo fuera abierto. No quería ser violado de esa forma”.
En vez de recurrir a la intervención quirúrgica, probó con diversas terapias alternativas. "Intenta tratarlo con dieta. Va a espiritistas. Intenta diversas formas de tratarse macrobióticamente y no se opera. Muy pronto todo el mundo le está diciendo: 'Deja de intentar combatirlo con todas esas raíces y vegetales, simplemente opérate'", dijo el biógrafo.
Nueve meses después decidió operarse. Fue muy tarde. Los cirujanos se dieron cuenta de que “el mal se había extendido a los tejidos cercanos al páncreas”, según Isaacson. Una decisión de la que el gurú se arrepintió. Jobs dejó su cargo como director ejecutivo de Apple el 24 de agosto. Isaacson pudo verlo semanas antes de su muerte y, según le dijo Jobs, sabía que no le quedaba mucho tiempo.
* Walter Isaacson trabajó como jefe de redacción de la revista Time Magazine y es autor de las biografías de Albert Einstein y Benjamin Franklin. Fue nombrado por el mandatario Barack Obama como el presidente del Broadcasting Board of Governors (BBG), que administra la Voz de América, entre otras emisoras internacionales del gobierno de Estados Unidos.