Una nave de mercancías de SpaceX llegó el domingo a la Estación Espacial Internacional con “ratones poderosos” supermusculosos, gusanos y un robot inteligente y empático.
El comandante de la estación, el italiano Luca Parmitano, utilizó un largo brazo robótico para aferrar la nave Dragon, tres días después de su lanzamiento desde Cabo Cañaveral. Las dos naves orbitaban 420 kilómetros (260 millas) por encima del Pacífico Sur en el momento de la captura.
“Cada vez que recibimos un nuevo vehículo a bordo, recibimos también un poco del alma de todos los que contribuyeron al proyecto, de modo que bienvenidos a bordo”, dijo Parmitano al control de misión.
La cápsula contenía 3 toneladas (2.720 kilos) de suministros, incluidos 40 ratones para un experimento sobre músculos y huesos. Ocho de ellos eran el resultado de ingeniería genética y tenían el doble de masa muscular, lo que les valía el apodo de “ratones poderosos”. En el cargamento también viajaron 120.000 lombrices, o nematodos, de una variante beneficiosa y que formaban parte de un estudio agrícola.
Otro pasajero era un gran robot redondo equipado con inteligencia artificial y la capacidad de sentir las emociones de los astronautas. La máquina, llamada Cimon, era una versión mejorada de la que se probó el año pasado como asistente de astronautas.
La NASA envió además parte de los regalos de Navidad para los seis tripulantes de la estación.
Fue la 19na entrega realizada por SpaceX a la Estación Espacial para la NASA en los últimos siete años.
Los astronautas recibirían otro cargamento el lunes, enviado por Rusia y que tenía previsto despegar el viernes de Kazajistán.