Este jueves, en la frontera sur de Estados Unidos, comenzaron a llegar los 1.500 soldados del ejército y de la marina enviados para ayudar a detectar y controlar los cruces fronterizos ilegales. El contingente entero habrá llegado al terminar la semana.
Sin embargo, algunos funcionarios fronterizos dicen que no necesitan ayuda, dado que el número de migrantes es muy bajo actualmente.
Renard Johnson, Alcalde de El Paso, dijo:
“No necesitamos soldados en nuestra frontera aquí porque es muy seguro.”
Estas unidades, que se suman a los aproximadamente 2.500 militares que ya están desplegados a lo largo de la frontera, también se utilizaran para construir barreras nuevas y proporcionar presencia aérea para las deportaciones de más de 5.000 migrantes actualmente detenidos.
El Pentágono dijo que esto es solo el comienzo. Sin embargo, el ejército no participará en la aplicación de la ley y que la patrulla fronteriza liderará ese esfuerzo. Por su parte, el presidente Trump reiteró el jueves la necesidad de estos soldados.
“Para ayudar a repeler la invasión. Fue realmente una invasión. No permitiremos que violen nuestro territorio.”
Mientras el presidente planea enviar hasta 10 mil soldados a la frontera para que tomen control de todas las operaciones, los demócratas criticaron esta decisión, afirmando que se debería invertir más en tecnología para detener el flujo de migrantes y de drogas.
Gabe Vasquez, legislador de Nuevo México dijo:
“Tanto los demócratas como los republicanos en el Congreso han coincidido en que la seguridad fronteriza implica invertir de forma inteligente, es decir, tecnología a lo largo de la frontera”.
Entre tanto, soldados mexicanos se apresuraron el jueves a instalar albergues de emergencia cerca de la frontera con Estados Unidos ante las posibles deportaciones masivas del presidente Donald Trump.
El gobierno mexicano dijo que planea abrir nueve albergues para sus ciudadanos y tres más para extranjeros deportados, sin aclarar la capacidad total, bajo un plan llamado "México te abraza".
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