El 80 aniversario de la liberación de Auschwitz por parte de las tropas soviéticas se conmemoraba el lunes en el recinto del antiguo campo de exterminio, una ceremonia ampliamente considerada como el último acto importante a que podrán asistir un número considerable de sobrevivientes.
Ancianos sobrevivientes del campo, algunos con bufandas de color azul y blanco que recuerdan sus uniformes de prisión, caminaron juntos hacia el Muro de la Muerte, donde fueron ejecutados los prisioneros, entre ellos muchos polacos que resistieron la ocupación de su país.
Las fuerzas alemanas nazis asesinaron a aproximadamente 1,1 millones de personas en el lugar en el sur de Polonia, que estaba bajo ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de las víctimas fueron judíos asesinados a escala industrial en cámaras de gas, aunque los alemanes también asesinaron a muchos polacos, gitanos, prisioneros de guerra soviéticos, personas homosexuales y otros que fueron objeto de eliminación según la ideología racial nazi.
El presidente polaco, Andrzej Duda, cuyo país perdió 6 millones de ciudadanos durante la guerra, llevó una vela y caminó con el director del Museo Estatal Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski.
En el muro, los dos hombres inclinaron la cabeza, murmuraron oraciones y se santiguaron. “Nosotros los polacos, en cuya tierra —ocupada por los alemanes nazis en ese momento— los alemanes construyeron esta industria de exterminio y este campo de concentración, somos hoy los guardianes de la memoria”, dijo Duda a los periodistas después.
Habló del “dolor inimaginable” infligido a tantas personas, especialmente al pueblo judío, y describió a las decenas de sobrevivientes que asistieron a las conmemoraciones del lunes como “los últimos sobrevivientes que vienen a este sitio”.
“Que la memoria de todos los muertos viva, que descansen en paz”, dijo.
En total, los alemanes asesinaron a 6 millones de judíos de toda Europa, aniquilando a dos tercios de los judíos europeos y un tercio de todos los judíos del mundo. Naciones Unidas designó en 2005 el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.
Más tarde en el día, líderes mundiales y miembros de la realeza se sumarán a los ancianos sobrevivientes del campo —los más jóvenes, octogenarios—. Sin embargo, este año no se ha pedido a los políticos que hablen. Debido a la avanzada edad de los sobrevivientes, los organizadores han decidido convertirles en el centro de las conmemoraciones.
Se esperaba que asistieran, entre otros líderes, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, y el presidente, Frank-Walter Steinmeier. Alemania nunca ha enviado a ambos de sus máximos representantes estatales a las conmemoraciones antes, según la agencia de noticias alemana dpa.
Es una señal del compromiso continuo de Alemania de asumir la responsabilidad por los crímenes de la nación, incluso en medio de un auge del movimiento de extrema derecha que quisiera olvidar.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también asistirán, mientras que el rey Carlos III de Inglaterra acudirá junto con reyes y reinas de España, Dinamarca y Noruega.
En el pasado, los representantes rusos eran invitados destacados en los actos de aniversario en reconocimiento a la liberación soviética del campo el 27 de enero de 1945, y a las enormes pérdidas sufridas por las fuerzas soviéticas en la derrota aliada de la Alemania nazi. Pero no han sido bienvenidos desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022.
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