Cientos de manifestantes provocaron el cese de las operaciones del aeropuerto internacional de Hong Kong por segundo día consecutivo, el martes, acrecentando la crisis política que está dañando al territorio semiautónomo chino.
Las protestas que comenzaron hace varias semanas buscan presionar por reformas democráticas en el territorio.
Aunque el martes pudieron despegar y aterrizar algunos aviones, los vuelos fueron luego suspendidos debido a la irrupción de manifestantes.
La crisis en el aeropuerto empezó días atrás, pero el lunes fueron cancelados más de 200 vuelos y el aeropuerto estuvo cerrado a los vuelos de entrada y de salida.
Medios reportaron que los viajeros que no pudieron salir del país tuvieron que buscar dónde alojarse mientras se resolvía la crisis.
Crece la crisis
Las protestas en el aeropuerto y la suspensión de vuelos apuntan a un tono más alto en las protestas que comenzaron en junio por lo que muchos residentes de Hong Kong ven como una creciente erosión de las libertades.
En 1997, China gobernada por el Partido Comunista, asumió el control de la excolonia británica. Las autoridades chinas sostienen que el movimiento que genera las protestas está próximo al "terrorismo" y que supone una "amenaza existencial" para los ciudadanos locales.
La policía paramilitar avanzó en maniobras militares en la ciudad de Shenzhen, al otro lado de la frontera. Algunos lo ven como la preparación para aumentar el uso de la fuerza contra las protestas lideradas fundamentalmente por miles de jóvenes.
La líder de Hong Kong, Carrie Lam, dijo que la inestabilidad, el caos y la violencia han dejado a la ciudad en un "punto de no retorno".
En los últimos días, los manifestantes han centrado sus demandas en una investigación independiente sobre lo que consideran abuso de poder y negligencia por parte de la policía.
Esto sigue a los reportes y los videos que circulan con supuestas detenciones violentas y lesiones a los disconformes.
Algunos de los manifestantes arrojaron ladrillos, huevos y objetos en llamas a comisarías, y la policía dijo que detuvo a 149 personas más durante el fin de semana, elevando la cifra total de arrestados a más de 700 desde principios de junio.
Varios agentes sufrieron quemaduras, golpes y daños en los ojos provocados por los manifestantes, según las autoridades.
Lam dijo a reporteros el martes que el diálogo solo comenzará cuando cese la violencia. La mandataria reiteró su apoyo a la policía y dijo que tenían que tomar decisiones rápidas en circunstancias difíciles y utilizando "el menor nivel de fuerza".
Los manifestantes volvieron a mostrar pancartas y grafitis, algunos de los cuales decían "ojo por ojo".
Este fue el eslogan adoptado para la protesta, después de que una mujer sufriera una grave lesión en el rostro que le habría hecho perder la vista en un ojo durante una manifestación la noche del domingo, que derivó en actos de violencia.
(Con información de Reuters y AP)