El presidente nicaragüense Daniel Ortega rechazó el jueves las sanciones más recientes aplicadas por Estados Unidos a la industria minera de su país y a 500 de sus funcionarios, y advirtió que si Washington sigue castigando a su gobierno “tendrá más inmigrantes en su frontera”.
“Luego están ahí quejándose por los inmigrantes, bueno, sigan poniendo sanciones e irán más inmigrantes hacia Estados Unidos”, ha espetado el mandatario durante el 43 aniversario del Ministerio de Gobernación.
Las declaraciones de Ortega llegan cuatro días después de que el presidente Joe Biden sancionara al oro nicaragüense y modificara la orden ejecutiva 13.851, lo que además abre la posibilidad de imponer más medidas a otros sectores económicos de Managua.
Los críticos al mandatario aseguran que las declaraciones de Ortega son “un chantaje” político, en vez de ofrecer una solución a la crisis que se vive en el país desde abril de 2018 que surgieron protestas antigubernamentales.
“Ortega está utilizando la amenaza del arma migratoria como una especie de chantaje a Estados Unidos”, asegura a la Voz de América el exdiplomático costarricense Eduardo Ulibarri.
Las sanciones al oro “no pueden tener un efecto muy directo porque las oleadas migratorias no se producen por inducción de un régimen, sino por el deterioro de las condiciones de vida de los países y las de Nicaragua se han estado deteriorando desde hace mucho tiempo”, dijo.
Más de 164.000 nicaragüenses han cruzado la frontera de EEUU
La crisis política en Nicaragua ha obligado a miles de migrantes a salir del país. Durante el año fiscal 2022, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) registró detenciones de 164.600 nicaragüenses.
A nivel general la CBP registró un récord de 2,7 millones de detenciones de migrantes, no obstante, tras las medidas recientes de Washington de aplicar el Título 42 para expulsar a los venezolanos hacia México, el número de personas en el lugar disminuyó.
El Título 42 es una de las restricciones fronterizas entre México y Estados Unidos implementadas para evitar la propagación de COVID-19. Bajo esta medida de salud pública, Estados Unidos expulsa a las personas hacia México o a sus países de origen.
Sin embargo, Ortega dijo que por mucho que Estados Unidos “quiera cerrar las puertas, no existen puertas que se le puedan cerrar para los inmigrantes, porque los inmigrantes son una fuerza, una fuerza que tiene el derecho, tiene la moral de ir abrir las puertas de aquel que les está cerrando, que le está negando el derecho al trabajo en sus países”.
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