El Senado de Estados Unidos rechazó el jueves dos medidas partidistas rivales para poner fin al cierre parcial del gobierno federal, ahora en su segundo mes.
Una de las propuestas, ofrecida por el presidente Donald Trump para reabrir el gobierno y asignar $ 5.700 millones para un muro en la frontera con México, ofrecía también protecciones legales temporales para algunos inmigrantes y regulaciones para hacer más difícil solicitar asilo en Estados Unidos.
Los senadores votaron casi a lo largo de las líneas partidistas 51 a 47, mostrando la profundidad de la división en el estancamiento que tiene al gobierno parcialmente cerrado desde hace casi seis semanas.
Solo el demócrata Joe Manchin, de West Virginia, votó a favor de la medida, mientras que los senadores republicanos Tom Cotton, de Arkansas y Mike Lee, de Utah, votaron no.
El Senado también votó sobre una propuesta demócrata para financiar al gobierno hasta el 8 de febrero. La medida, que fue rechazada 52 - 44, no incluía disposiciones de seguridad fronteriza o de inmigración y fue diseñada simplemente para reabrir las agencias federales cerradas y proporcionar una ventana a los líderes del Congreso y la Casa Blanca para tratar sobre cuestiones pendientes que provocaron el estancamiento de la financiación en diciembre.
Esta medida demócrata también proponía ayuda para desastres. Al igual que la propuesta republicana, no alcanzó los 60 votos necesarios para su aprobación.
Sin embargo, los senadores expresaron esperanza de que el fallo de las dos propuestas pueda llevar a las primeras verdaderas negociaciones bipartidistas dirigidas a resolver el cierre de agencias gubernamentales más largo en la historia del país, informa el New York Times.
CNN informaba poco después que las propuestas fueron rechazadas en el Senado, que Mitch McConnell, el líder la mayoría republicana en el Senado y Chuck Schumer, líder de los demócratas en esa cámara se reunieron a puerta cerrada. Se desconocen detalles sobre esa reunión.
Los demócratas en la Cámara de Representantes también preparan una propuesta que ofrecerá una cantidad similar a la que el presidente ha solicitado para el muro, pero para seguridad tecnológica en la frontera, como drones, sensores y vallas adicionales y más personal de la guardia fronteriza, pero no un muro desde el Pacífico hasta el Golfo de México. Ellos ofrecen $ 5.200 millones para esas mejoras.
En su conferencia de prensa semanal el jueves, la presidenta de la Cámara de Representantes dijo horas antes que, "No hay excusa para que los republicanos del Senado no aprueben esta legislación", refiriéndose a la propuesta de su partido.
El jueves, antes de la votación de las propuestas rivales en el Senado, el líder de la mayoría, McConnell, instó a los demócratas a adoptar la medida republicana, diciendo que proporcionaría protecciones temporales a los inmigrantes traídos ilegalmente a Estados Unidos como niños, algunos de los cuales han sido protegidos de la deportación por un programa de la administración de Obama conocido como DACA, que Trump ha buscado para terminar.
"Es hora de hacer un trato, y afortunadamente, un trato está sobre la mesa", dijo McConnell. "Es un acuerdo para todos los que prefieren reabrir el gobierno, invertir en seguridad fronteriza y obtener más certeza para los beneficiarios de DACA".
Pero el líder de la minoría senatorial, Chuck Schumer, demócrata de Nueva York, dijo que la propuesta republicana equivale a "retener a 800.000 trabajadores (federales), a millones de estadounidenses como rehenes, a menos que los autores de la enmienda (los republicanos) se salgan con la suya (con un muro en la frontera)|.
De la medida demócrata, Schumer dijo: "No estamos exigiendo nada. Simplemente abran el gobierno y luego discutámoslo (seguridad fronteriza)".
El miércoles, Trump reiteró su postura de que un muro fronterizo es necesario para la seguridad."No creo que tengamos una opción. Tenemos que hacer que nuestro país sea seguro. Hemos hecho un trabajo increíble con herramientas tan pobres", dijo el presidente.
Además, tildó a los demócratas como un "partido peligroso" y dijo que no permitirá que la izquierda radical "controle nuestras fronteras".
A pocas horas del viernes, cuando unos 800.000 empleados federales no recibirán por segunda vez en el mes su cheque de pago, legisladores republicanos están crecientemente preocupados por los efectos del cierre, al punto que unos pocos se apartaron del presidente y anunciaron que votarían por ambas medidas, la republicana y la demócrata.
"Hace mucho tiempo que todas las partes debían unirse para participar en un debate constructivo y un compromiso para poner fin a este enfrentamiento", dijo la senadora republicana de Maine Susan Collins. "Los cierres (de gobierno) representan el máximo fracaso para gobernar y nunca deben usarse como un arma para lograr un resultado".
El senador demócrata de Virginia Tim Kaine expresó severas reservas sobre la propuesta de Trump, pero dijo que merece una seria consideración como punto de partida para las negociaciones.
"Estos son temas que podríamos debatir. Son temas en los que se podrían ofrecer enmiendas y podríamos encontrar, creo, un compromiso", dijo Kaine. "Deberíamos tener esa discusión y ofrecer a los demócratas y republicanos la posibilidad de tomar algo de papel de lija y tratar de mejorarla".
De los empleados federales afectados por el cierre, al menos 420,000 fueron llamados a trabajar sin paga y el resto permanece con licencia obligada, algunos se han visto obligados a buscar trabajo temporal en otro lugar para ayudar a pagar las cuentas de sus hogares.
Varios servicios gubernamentales han sido recortados, ya que alrededor del 10 por ciento de los agentes de seguridad del aeropuerto a los que se les ordenó trabajar han llamado enfermos, se han reducido algunas inspecciones de alimentos y se han cerrado los museos y parques. Las cortes federales podrían quedarse sin dinero para fin de mes.