Varios países de América Latina, como Colombia, Bolivia o Perú, registraron una serie de protestas esta semana. Inconformismo con los gobiernos nacionales y locales, la corrupción, la crisis económica y la violencia de género fueron algunas de las razones.
El viernes, comunidades estudiantiles y colectivos feministas salieron a las calles de Bogotá para demostrar su desacuerdo con las recientes denuncias de abuso sexual en la capital colombiana, y para exigir, a directivos de la institución de educación superior, mejores condiciones de infraestructura en sedes universitarias, además de denunciar la corrupción.
Así mismo, nuevos choques callejeros se registraron el mismo viernes en la región de Santa Cruz, en Bolivia, como parte de una huelga general que ya dura tres semanas, para exigir al gobierno realice un censo que le daría más presupuesto y escaños en el Poder Legislativo.
Vendedores callejeros intentaron desbloquear avenidas céntricas de esa ciudad para restablecer el tráfico y se enfrentaron con manifestantes a favor del paro. La policía debió intervenir con gases lacrimógenos para dispersar a los grupos rivales. No se reportaron de inmediato detenidos o heridos.
El jueves, miles de personas marcharon, en Lima, demostrando su apoyo al presidente izquierdista Pedro Castillo. Además, exigieron el cierre del Congreso de Perú, dominado por la oposición. La marcha, denominada "La toma de Lima" y convocada por sindicatos, partidos de izquierda cercanos a Castillo y grupos civiles, llegó hasta la inmediaciones del Congreso, que fue acordonada por policías que llevaban cascos y escudos de plástico.
El mismo día, las organizaciones sociales argentinas marcharon y bloquearon las calles, exigiendo al gobierno del presidente Alberto Fernández más empleos y ayuda monetaria del gobierno ya que la nación enfrenta una tasa de inflación en los últimos 12 meses del 83%, una de las más altas del mundo.
Las primeras columnas de manifestantes se congregaron en distintos puntos de la capital y luego marcharán hacia el Ministerio de Desarrollo Social cuya ministra, Victoria Tolosa Paz, se enfrenta a la primera gran protesta luego de asumir el cargo hace un mes.
Brasil, por su parte, reportó la semana pasada cinco días de protestas continuas, que iniciaron un día después de que el expresidente Luis Inacio Lula da Silva se hiciera con la victoria en las elecciones presidenciales en el país suramericano. Incluso, partidarios de Bolsonaro exigieron la intervención militar contra la futura administración del mandatario electo.
Hasta el viernes pasado, las autoridades lograron controlar favorablemente 936 protestas, según informó la Policía Federal de Carreteras de Brasil (PFR), y desbloquear las carreteras del país.
[Con información de AP y Reuters]
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