Las preocupaciones sobre la seguridad en la frontera sur de Estados Unidos con México han sido una constante desde el inicio de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones que este diciembre llegan al significativo número de 200 años.
Si bien antes hubo problemas de la criminalidad con los comanches que iban de uno a otro lado para dejar impunes sus crímenes, los espejos de aquella realidad podrían calcarse al presente con marcadas diferencias, según coinciden expertos invitados por el Woodrow Wilson Center en Washington DC para revisar la situación de cara al presente.
Y no se diga las migraciones, nada nuevo, pues durante la esclavitud en Estados Unidos y mientras la potencia del norte atravesaba el período de Guerra Civil (1861-1865) bajo la presidencia de Abraham Lincoln comandando la fuerza unionista del norte contra la rebelión confederada del sur, aumentó el número de esclavos que huían de las plantaciones de trabajo forzado para ingresar al territorio mexicano en busca de libertad.
El economista Luis Téllez, ex secretario de Energía durante la presidencia de Ernesto Zedillo (1994–2000) y secretario de Comunicaciones y Transportación durante el gobierno de Felipe Calderón (2006–2012) dijo que la mayoría de embajadores enviados por la Casa Blanca a Ciudad de México, a pesar de las circunstancias, “han tenido un nivel bastante exitoso de trabajo”.
Pero el contexto de la “seguridad fronteriza y la migración” ha marcado un punto de inflexión cada vez “más complejo” para los diplomáticos que han tenido que bregar con el problema en los últimos años al encarar “enormes complejidades” en la franja fronteriza.
Los 200 años de bregar con temas dispares no han sido fáciles para la relación diplomática, como los tambaleos durante el final de la Guerra Fría, como se llamó al conflicto entre los bloques liderados por Estados Unidos y la ex Unión Soviética, cuando la república mexicana, entendía de diferente manera los conflictos de baja intensidad en Centroamérica.
El exembajador John Feeley, quien encabezó la misión diplomática encomendada por el presidente Barack Obama de 2009 a 2012 en México, explicó que entre toda su experiencia podría destacar que entre los grandes retos entre los dos países con temas como seguridad, migración, inversiones entre otros, un punto común ha sido fomentar la “confianza” en ambos lados.
Y que pese a desencuentros en puntos específicos la cooperación para los temas clave se ha mantenido lo que ha permitido mantener la cooperación en asuntos peliagudos como la seguridad y la migración con normalidad.
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