La alcaldesa de San Francisco, London Breed, anunció este jueves un estado de emergencia por el creciente número de casos de viruela del mono, lo que permite a las autoridades movilizar personal, reducir trámites burocráticos y desplazar recursos para superar una crisis de salud pública que recuerda a la epidemia de sida que devastó la ciudad.
La declaración, que entra en vigor el lunes, ha sido acogida con satisfacción por los defensores de los homosexuales, cada vez más frustrados por lo que dicen que es una respuesta mediocre de San Francisco a un virus que hasta ahora ha afectado principalmente a los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, aunque cualquiera puede infectarse.
La ciudad tiene 261 casos, de los aproximadamente 800 que hay en California y 4.600 en todo el país, según el Departamento de Salud Pública de San Francisco.
La escasez de vacunas en EEUU ha provocado que la gente haga fila por horas para recibir las escasas dosis, y muchos son rechazados cuando se agotan las vacunas.
“San Francisco es un epicentro para el país. El 30% de todos los casos de California están en San Francisco”, comentó la doctora Susan Philip, responsable de salud pública de la ciudad.
La urbe cerró su principal clínica de vacunación contra la viruela del mono hace unos días tras quedarse sin dosis, diciendo que sólo había recibido 7.800 dosis de las 35.000 solicitadas.
“San Francisco estuvo a la vanguardia de las respuestas de salud pública al VIH y al COVID-19, y estaremos a la vanguardia en lo que respecta a la viruela del mono”, dijo el senador estatal Scott Wiener, demócrata que representa a San Francisco. “No podemos y no dejaremos abandonada a la comunidad LGTBQ”.
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