Moscú y Kiev intercambiaron el miércoles acusaciones de lanzar nuevos ataques cerca de una planta de energía nuclear en el sur de Ucrania, lo que generó preocupación internacional sobre la seguridad en medio del conflicto.
Las acusaciones de las dos partes son las últimas tras semanas de señalar con el dedo los ataques cerca de la planta de energía nuclear de Zaporizhzhia, y se producen cuando los inspectores de Naciones Unidas se dirigen al sitio para inciar controles de seguridad.
El equipo de la Agencia Internacional de Energía Atómica partió de Kiev el miércoles con el director general de la OIEA, Rafael Grossi, informando que su equipo había recibido garantías de que podrán hacer su trabajo.
Por otra parte, la rusa Gazprom detuvo el suministro de gas a través de un gasoducto clave a Europa el miércoles en una medida que había anunciado con anticipación para llevar a cabo tareas de mantenimiento.
Gazprom dijo que el oleoducto Nord Stream permanecerá cerrado hasta el sábado.
La compañía ha llevado a cabo cierres similares en los últimos meses, y algunos gobiernos europeos expresaron su preocupación de que Rusia esté usando los suministros de energía como una forma de represalia por el apoyo europeo a Ucrania durante el conflicto.
* Parte de la información para esta historia provino de The Associated Press, Agence France-Presse y Reuters.
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