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Rusia busca coaccionar a Ucrania con su chantaje nuclear


En una imagen de un video publicado por el Servicio de Prensa del Ministerio de Defensa de Rusia el 26 de octubre de 2022, se prueba un misil balístico intercontinental Yars como parte de los simulacros nucleares de Rusia desde un sitio de lanzamiento en Plesetsk, Rusia.
En una imagen de un video publicado por el Servicio de Prensa del Ministerio de Defensa de Rusia el 26 de octubre de 2022, se prueba un misil balístico intercontinental Yars como parte de los simulacros nucleares de Rusia desde un sitio de lanzamiento en Plesetsk, Rusia.

El Departamento de Estado de EEUU considera que Rusia no cumplió con el New START al rechazar las inspecciones, negarse a reunirse en el organismo de implementación del acuerdo y no proporcionar las notificaciones exigidas.

El pasado 15 de marzo, el Departamento de Estado de Estados Unidos criticó a Rusia por suspender el New START, un tratado bilateral de reducción de armas nucleares que entró en vigor en febrero de 2011.

Programado para expirar en 2026, el New START limita a Estados Unidos y Rusia a 1.550 ojivas estratégicas cada uno, y la cantidad de misiles balísticos intercontinentales y bombarderos pesados desplegados a 700, respectivamente. El acuerdo implica un régimen de verificación exhaustivo para garantizar el cumplimiento, que incluye un máximo de 18 inspecciones in situ al año.

Según expertos occidentales, no existe ninguna disposición para la "supuesta suspensión del tratado" por parte de Rusia. Eso, según el Departamento de Estado, hace que la suspensión sea “legalmente inválida”.


El presidente Vladimir Putin anunció la suspensión del acuerdo el 21 de febrero, solo tres días antes del primer aniversario de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Putin dijo que Moscú no revisaría la suspensión del país de New START hasta que “Estados Unidos cambie” y muestre signos “de sentido común en lo que están haciendo en relación con Ucrania”.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, pidió un cambio de actitud “del Occidente colectivo”, argumentando que “la seguridad de un país no puede garantizarse a expensas de la seguridad de otro”.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Ryabkov, afirmó de manera similar que se trataba de una "agresión fuera de serie de Estados Unidos", que había iniciado una “guerra híbrida total” contra Rusia, haciendo que el control de armas fuera “casi imposible”.

Falsos pretextos

Pero es Rusia la que invadió a su vecino más pequeño, Ucrania, con varios pretextos falsos. Ucrania, de hecho, había renunciado a su propio arsenal nuclear a cambio de garantías de que Moscú respetaría sus fronteras existentes y “se abstendría de la amenaza o el uso de la fuerza” contra su “integridad territorial o independencia política”.

Y es Rusia la que está eludiendo sus obligaciones del tratado de control de armas nucleares.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, denunció el "absurdo" de la retórica de "bajo amenaza" de Rusia y dijo que la invasión de Ucrania es "una guerra de elección" que Moscú puede terminar en cualquier momento.

El historiador de Yale, Timothy Snyder, resumió la estrategia de desinformación de Rusia con respecto a Ucrania de esta manera: “Cuando un imperio ataca, el imperio afirma que es la víctima”.

El Departamento de Estado dice que Rusia no cumplió con el New START al negarse a permitir inspecciones, negarse a reunirse en el organismo de implementación del tratado y negarse a proporcionar notificaciones exigidas por el tratado, “incluso sobre el estado y movimiento de sus fuerzas nucleares responsables”.

“La fuerte respuesta estadounidense e internacional a la invasión no provocada de Ucrania por parte de Rusia no absuelve a Rusia de la responsabilidad de cumplir con sus obligaciones legales bajo el New START”, dijo el Departamento de Estado.

Algunos investigadores dicen que la suspensión de New START por parte de Rusia ha puesto la posibilidad de una guerra nuclear "un paso más cerca".

El Kremlin ha incluido regularmente amenazas de una tercera guerra mundial y el uso de armas nucleares entre sus temas de conversación desde que Rusia invadió Ucrania.

“No hay valor militar en el uso de armas nucleares contra objetivos ucranianos. En lugar de poner fin a la guerra, tal atrocidad casi con seguridad atraería a la OTAN al conflicto, provocando la derrota de Rusia y la caída del propio Putin”, escribió Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación de Control de Armas con sede en Washington, para el Centro de Ética y Estado de Derecho de la Universidad de Pensilvania.

Kimball señaló que “desde la perspectiva legal”, las amenazas nucleares de Putin violan la Carta de las Naciones Unidas, así como múltiples acuerdos internacionales, incluido el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares de 2017, que “cuenta con el apoyo de unos 130 estados…”.

La suspensión de New START por parte de Moscú encaja en ese patrón más amplio de riesgo de amenaza nuclear.

Días después de invadir Ucrania, Putin puso a las fuerzas de disuasión nuclear de Rusia en “alerta máxima”. Los analistas dicen que el anuncio tenía la intención, en parte, de amortiguar y reducir el apoyo occidental a Ucrania.

La estrategia de “chantaje nuclear” de Moscú ha incluido su amenaza de atacar a Ucrania con armas nucleares y la incautación por parte del ejército ruso de la planta de energía nuclear de Zaporiyía en el sur de Ucrania, donde los bombardeos han despertado el espectro de una catástrofe atómica.

Los analistas dicen que la suspensión de New START se ajusta al cálculo de "competencia": usar la amenaza de las armas nucleares para asegurar fines políticos.

“Es probable que Rusia esperaba utilizar New START como palanca contra Estados Unidos para convencer a Washington de que dejara de proporcionar ayuda militar a Ucrania”, escribió Heather Williams, investigadora principal del Programa de Seguridad Internacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), en Washington.

Alexander Gabuev, miembro principal del Carnegie Endowment for International Peace en Washington, argumentó que el Kremlin puede haber estado confiando en la visión "probablemente incorrecta" de que Estados Unidos podría verse obligado a "reducir su ayuda militar y económica a Ucrania para para mantener el New START en su lugar”.

Rusia afirma que “seguirá cumpliendo estrictamente con las restricciones cuantitativas estipuladas en el tratado”, escribió Gabuev.

Eso, junto con la retórica de Putin, indica que “las razones para suspender el tratado son puramente políticas”.

[Adaptación para la VOA de un artículo de William Echols para Poligraph]

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