Al inicio del funeral del fallecido líder de Corea del Norte, Kim Jong Il, decenas de miles de dolientes expresaron abiertamente su pesar, mientras el féretro fue presentado en una capilla ardiente en Pyongyang, la capital del país.
Imágenes transmitidas por la televisión norcoreana mostraban al hijo menor de Kim Jong Il y su sucesor designado, Kim Jong Un, encabezando el desfile de autoridades que pasaban frente al ataúd de vidrio que guarda el cuerpo de su padre, para dar su último adiós.
Multitudes de sombríos dolientes marcharon por las calles de Pyongyang horas después de que se anunciara la noticia de la muerte de Kim Jong Il, llevando flores y orando al pie de una gigantesca estatua de Kim.
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La agencia oficial de noticias norcoreana dijo que Kim, de 69 años, murió el sábado 17 de diciembre de un ataque cardíaco cuando viajaba en tren en una de sus giras. Se ha programado un funeral de Estado para el 28 de diciembre.
En Washington, y tras reunirse con el canciller de Japón, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, expresó preocupación por el bienestar del pueblo norcoreano, al señalar que "compartimos un interés común en una transición pacífica y estable en Corea del Norte, al igual que en asegurar la paz y estabilidad en la región. Hemos estado en estrecho contacto hoy con nuestros socios en las conversaciones multilaterales”.
Las reacciones internacional han sido variadas. Estados Unidos y Japón, junto con China, Rusia y Corea del Sur han estado negociando con Corea del Norte para desmantelar su programa nuclear a cambio de ayuda humanitaria.
El año pasado, Kim promovió a su hijo menor al rango de general de cuatro estrellas, en lo que fue visto como un intento por extender la única dinastía comunista del mundo a una tercera generación.