La creciente brecha entre pobres y ricos es una de las razones por las que activistas del movimiento Ocupemos Wall Street dieron inicio a protestas en Nueva York y en varias ciudades de EE.UU. al igual que han hecho este año manifestantes en otros países.
De acuerdo con estudios, no hay dudas de que la brecha de los ingresos se está ampliando, y más ancha aún es la diversidad de opiniones sobre lo que se puede hacer, si es que se puede hacer algo.
Activistas en cientos de ciudades han protestado por la desigualdad económica y el desempleo. Según ellos los bancos son sacados de apuros con el dinero de los contribuyentes, mientras la gente común y corriente con problemas financieros enfrentan la pérdida de sus casas.
El movimiento Ocupemos Wall Street echa la culpa de la crisis a los bancos y a las instituciones financieras, y asegura que el uno por ciento más rico de la población gana mucho dinero y se aprovecha del 99 por ciento restante, comprando poder político para bloquear el aumento de impuestos a los ricos y recortar servicios sociales a los pobres.
Sus miembros demandan una sociedad más justa que cobre mayores impuestos a los adinerados y regule más los negocios.
Pero Peter Wallison, del Instituto American Enterprise, considera que impuestos más bajos y menos regulaciones de los negocios ayudarían a la economía, y que el crecimiento de firmas de alta tecnología como Apple muestran que el gobierno deben mantenerse apartado del camino de empresarios como Steve Jobs.
Según Wallison, la desigualdad de ingresos es menos importante que la posibilidad de hacerse rico, que es lo que impulsa a los empresarios a correr riesgos y crear productos.
“Mucha de esa gente creció en circunstancias de mucha pobreza, y (el fundador de Apple) Steve Jobs fue un buen ejemplo de eso, y llegó a ser un hombre muy rico por las cosas que fue capaz de hacer en nuestra sociedad tan flexible”, dice Wallison.
Sin embargo, John Cavanagh, del Instituto para Estudios Políticos, señala que el alto desempleo genera dudas acerca de las historias que hablan de gente que pasó de la pobreza a la fortuna.
“Creo que la razón por la que el movimiento Ocupemos Wal Street es tan popular se debe a que ellos son la personificación viva de que esas historias ya no son verdad”, dice Cavanagh.
De acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso, el uno por ciento de los estadounidenses más ricos vieron crecer sus ingresos 275 por ciento durante las últimas tres décadas, mientras que para una quinta parte de los más pobres el aumento fue de sólo 18 por ciento.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que la décima parte de la sociedad estadounidense más rica posee un ingreso 14 veces superior al de la décima parte más pobre.
“Lo compacto de la sociedad está empezando a fragmentarse. La incertidumbre y los temores de declive social y de exclusión han llegado a la clase media en muchas sociedades. La gente siente que está sufriendo lo peor de una crisis de la que no son responsables, mientras los que tienen más altos ingresos parecen estar a salvo”, dice Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.
Los manifestantes aseguran que mantendrán las protestas mientras no se resuelvan los problemas económicos que las desencadenaron, como el desempleo.